Kansas City (Martes, 26-07-2011, Gaudium Press) «No importa cuanto una vida esté disminuida, no importa lo que una persona esté sufriendo, esa vida exige el máximo respeto y cuidado», afirmó el 23 de julio pasado el Cardenal Raymond Burke, Prefecto del Tribunal de la Signatura Apostólica, tribunal supremo del Vaticano, en comentarios posteriores a su conferencia en la Arquidiócesis de Kansas City sobre el misterio del sufrimiento humano y la muerte.
Cardenal Raymond Burke |
El Cardenal americano asistió a un evento organizado por la Asociación de Médicos Santa Gianna, cuyo nombre hace honor a Santa Gianna Beretta Molla, laica italiana canonizada en el 2004 por Juan Pablo II y que es conocida por su heroísmo al escoger una riesgosa operación para salvar la vida de su hija, de dos meses de concebida. Esta hija, Gianna, también estaba presente y dio una conferencia en el encuentro sobre el legado espiritual y humano de su madre santa.
«No hay nunca derecho a extinguir una vida a causa de que de alguna manera sea una pesada carga», recalcó el cardenal de Curia romana.
«La vida humana es un don al que hay que otorgar el más alto respeto desde su inicio hasta su muerte natural. (…) No somos creadores de la vida humana y debemos respetar el plan del Autor de la vida para nosotros y nuestro mundo», afirmó el Cardenal Burke, quien enfatizó que el sufrimiento humano solo puede ser entendido a la luz del la «gratuidad» y de la «dignidad» de la vida humana.
El purpurado también se refirió a la necesaria instrucción que todos los católicos deben tener en estos temas relativos a la vida humana, instrucción que adquiere una importancia relevante en la formación de estudiantes católicos y seminaristas. Todos los estudiantes, dijo, deben «realizar un cierto número de cursos de filosofía, de manera tal que cualquiera que sea el campo en que ellos se especialicen» ellos tengan un abordaje lógico y lleno de fe con referencia a los tema de la vida humana.
Santa Gianna Beretta Molla |
El purpurado señaló por último que «el respeto por la dignidad humana es el fundamento del buen orden de nuestras vidas individuales y de nuestra sociedad», por lo que sin ese respeto «nuestras vidas personales se desordenan profundamente y la sociedad prontamente se convierte en un teatro de violencia y muerte».
En declaraciones ofrecidas a EWTN News tras la conferencia, el Cardenal Burke afirmó que ni siquiera es necesaria la perspectiva cristiana para establecer que la sociedad no tiene el derecho a determinar quien vive o quien muere. La sola «recta razón» es suficiente para que personas desde diferentes perspectivas establezcan un productivo diálogo al respecto.
Deje su Comentario