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Lima (Miércoles, 27-07-2011, Gaudium Press) Mañana Perú celebra su 190º aniversario de Independencia. Con ocasión de esta efeméride patria, el Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Mons. Héctor Miguel Cabrejos Vidarte -quien es también Arzobispo Metropolitano de Trujillo- dirigió a todo el pueblo peruano un mensaje exhortando a los dirigentes, que desde este jueves asumirán su nuevo cargo, así como a los ciudadanos, a que promuevan el progreso y el desarrollo dándole prelación a la vida y la familia.
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| Mons. Héctor Miguel Cabrejos Vidarte, Arzobispo de Trujillo, Perú |
«Lo más importante de nuestro Perú son los hombres y mujeres, ancianos, jóvenes y niños que día a día construyen el futuro de sus familias con esfuerzo y sacrificio. Por eso debemos promover el progreso y el desarrollo, optando por la vida y la familia, ya que la apertura a la vida siempre debe estar en el centro del verdadero desarrollo. Y el amor a la familia es el valor que la sociedad debe proteger porque responde a las exigencias más profundas del corazón y de la dignidad de la persona humana», hace énfasis el Arzobispo en su mensaje.
Dirigiéndose específicamente a quienes desde mañana llevarán las riendas de la nación, el Presidente del Episcopado Peruano recordó que en manos de ellos está «el futuro de 30 millones de peruanos que esperan una verdadera vocación democrática y una gestión concertada, eficiente y honesta».
Igualmente, dijo que para vivir con dignidad «es tarea fundamental e ineludible (…) la generación de oportunidades para aquellos que nunca las han tenido», y recordó que el desarrollo ha de ser integral «y focalizado en los servicios de salud, nutrición, agua, educación, vivienda y seguridad ciudadana».
Mons. Cabrejos Vidarte, retomando una invitación que ya hizo el Papa Benedicto XVI en la que llamó a «proteger el entorno natural para construir un mundo de paz es un deber de cada persona», apela también a proteger la creación, especialmente teniendo en cuenta que Perú es «un país riquísimo en recursos naturales».
El Arzobispo además hace votos para que se refuercen valores fundamentales de la nación, como lo es el bien común, la democracia, el estado de derecho, la justicia, la verdad, el respeto y la promoción de los derechos humanos de todos los ciudadanos, especialmente de los menos favorecidos.
Finalmente, llama para que todos los peruanos, desde la fe en Cristo resucitado, reafirmen la confianza entre todos para hacer de Perú «un país grande, solidario y unido», y que la nación pueda ser «símbolo de paz y progreso con miras a seguir construyendo un futuro lleno de esperanza».
Con información de la Conferencia Episcopal Peruana
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