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Ciudad del Vaticano (Viernes, 05-08-2011, Gaudium Press) «La comunidad internacional tiene que intervenir inmediatamente en los países del Cuerno de África para que las muertes por falta de comida y principalmente de agua acaben. No existe peor sordo que aquel hombre que no quiere oír ni peor ciego que aquel que no quiere ver». Mons. Antonio Maria Vegliò, presidente del Pontificio Consejo de la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes usó esta frase para demostrar la demora en la ayuda a las víctimas de la sequía que afecta aquella región del África.
El prelado va más allá y afirma que «ellos (los países) están actuando muy tarde y no hay nadie que dé la impresión de estar implicándose realmente con esta situación para intentar encontrar una solución».
Sobre las ayudas que están siendo enviadas, Mons. Vegliò dice que «muchas veces estos donativos acaban tornándose blancos de peleas internas y no alcanzan a las poblaciones más necesitadas y por este motivo, la mediación internacional se torna más urgente que nunca».
Antes de la oración mariana del Ángelus del domingo pasado, el Papa Benedicto XVI llamó una vez más la atención sobre las necesidades de las personas que sobreviven en el Cuerno de África. Él recordó que el Evangelio prohibe la indiferencia hacia aquellos que tienen hambre y sed.
«La enseñanza del Evangelio está siempre ligada a los acontecimientos en la sociedad. Ayer como hoy, nosotros cristianos, debemos considerar todos los aspectos de la vida y lo que sucede a nuestro alrededor», explicó Mons. Vegliò.
Él recordó también que «la indiferencia es absolutamente contraria a los principios del Evangelio que nos pide seguir el ejemplo de las enseñanzas de Jesucristo, quien nos invita a practicar la justicia y amar a los hermanos y hermanas».
Recordando las palabras del Santo Padre del pasado domingo, el presidente del Pontificio Consejo de la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes dijo que «la atención amorosa de los cristianos hacia aquellos en dificultades y su compromiso con una sociedad más solidaria, son continuamente alimentados por la participación activa y consciente de la Eucaristía».
En Somalia, una sequía prolongada ha generado una situación preocupante, principalmente en la cuestión de la alimentación, ya que los somalíes están teniendo dificultades de acceso a la comida y el agua. Y quienes han sufrido más con esta situación son los niños. Según el último levantamiento realizado por la ONU, cerca de 320 niños con menos de cinco años de edad mueren por día en el país por causa del hambre.
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