Río de Janeiro (Martes, 24-03-2009, Gaudium Press) «Debemos redoblar nuestros esfuerzos». El clamor es de Ban Ki-Moon, secretario-general de las Naciones Unidas, y destinado al combate de la epidemia mundial de la tuberculosis, agravada en las últimas décadas por la epidemia del SIDA. Según datos de la ONU, la mortalidad de la enfermedad está en un índice increíble de una de cada 20 personas. Y también los países más industrializados están siendo afectados.
Para intentar poner un fin al problema, la Organización Mundial de la Salud (OMS) está realizando la Jornada Mundial de la Tuberculosis, cuyo Día es «celebrado» hoy. Y es en Río de Janeiro que las principales discusiones acontecen: la ciudad recibe por tres días – de ayer hasta mañana – un gran seminario reuniendo gobiernos, ONGs, institutos y centros de investigación, además de millares de especialistas.
Para Mario Raviglione, jefe del departamento de Tuberculosis de la OMS, presente al encuentro en Río, hubo un gran aumento en el número de casos de la enfermedad, que es tratable y curable, en todo el mundo, agravado especialmente por la falta de acceso de países pobres a remedios básicos y a la ausencia de redes de saneamiento básico a la población.
«El problema está en una serie de factores, a partir de la propia e intrínseca fragilidad de algunos programas de control que no consiguen hacer las cosas como se debe. En la semana pasada, saló la noticia de que un país africano muy importante no poseía los remedios para la tuberculosis. Estamos en 2009 y todavía nos encontramos delante de ese tipo de problema. Además, hay un gran problema ligado al sistema sanitario en general, que no está en grado de fornecer saneamiento básico a todos los ciudadanos».
De acuerdo con el representante de las Naciones Unidas, la también epidemia de sida tendría contribuido, en las últimas, décadas, para el descontrol de la tuberculosis. El defiende tratamiento gratuito para ambas enfermedades.
«No diría que andamos para atrás, pero no hubo un progreso significativo en los últimos diez años. Hubo, si, un aumento del número de casos que vienen siendo identificados, además que acompañado del aumento de la tasa de cura de los enfermos. La cuestión es que en algunas partes del mundo y en ciertos aspectos la epidemia está fuera de control. Además, hay está asociación entre la tuberculosis y el sida que es muy preocupante y es todavía más preocupante la insurgencia de casos resistentes a casi todos los remedios».
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