Berlín (Jueves, 25-08-2011, Gaudium Press) El Nuncio Apostólico en Alemania, Mons. Jean-Claude Périsset, concedió esta semana una entrevista a la agencia católica alemana KNA, donde tejió comentarios respecto al viaje que el Papa Benedicto XVI hará a Alemania entre el 22 y 25 de septiembre.
El prelado afirmó que la visita del Santo Padre, la tercera que hará a su tierra natal como pontífice, «traerá esperanza y fuerza para la nueva evangelización». Mons. Périsset dijo también que la Iglesia debe proclamar el mensaje de Cristo y el Papa quiere alentar a la Iglesia a honrar este compromiso. «Y estoy seguro que lo conseguirá», afirmó.
Comentando la programación del Santo Padre en tierras germánicas, Mons. Périsset recordó que Benedicto XVI visitará primero la capital del país, Berlín, después Erfurt, que es, conforme el prelado, una diócesis de la antigua República Democrática Alemana, «donde la Iglesia consiguió conservar la fe durante el régimen comunista y en la cual se encuentra el Seminario que el propio Cardenal Ratzinger visitó en el pasado». En fin, complementó Mons. Périsset, «el Papa irá también al oeste del país, para visitar Friburgo».
Para el Nuncio, los dos momentos más especiales serán la visita del Papa al Parlamento Federal, en Berlín, y la Santa Misa, que será presidida por el Pontífice en el Olympiastadion, también localizado en la capital alemana.
Respecto a Berlín, el prelado comentó que no se trata de una ciudad pagana como es vista por algunos. «El hecho», resaltó el Nuncio, «de que muchos católicos de otros estados federados y muchos extranjeros quieran participar de esta celebración eucarística es una señal positiva de la unidad de Alemania». Y demuestra también, conforme Mons. Périsset, que la Iglesia está presente en la capital y es bien aceptada.
Sobre posibles manifestaciones contra la visita del Pontífice, el Nuncio afirmó que las personas tienen el derecho de manifestarse. «Espero solamente que no acaben insultando los valores religiosos, sino que se respete el credo de la Iglesia Católica. Nosotros exigimos exactamente el mismo respeto que se tendría por otro responsable religioso o político», concluyó el prelado.
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