Iglesia Argentina recuerda que la vida es un don para "recibir, cuidar, entregar, compartir, administrar y contemplar"

Buenos Aires (Jueves, 15-09-2011, Gaudium Press) «En la cultura de nuestro pueblo siempre ha estado claro el valor inalienable de cada vida humana. También quienes no conocen a Dios o no creen en Él, perciben lo sagrado a través del milagro de la vida. La vida, propia y ajena, la vida en sus diferentes formas, permite intuir la presencia de una realidad trascendente»; dice parte de la declaración «Compromiso por la Vida» que la Iglesia Argentina, en comunicado de la Conferencia Episcopal del país austral, presentó hoy en unión con representantes de diversas confesiones cristianas.

En dicha declaración, los firmantes expresan su convicción sobre «el valor de la vida humana desde su concepción hasta la muerte natural», e invitan a los argentinos a sumarse a esta convocatoria del compromiso por la vida.

«Hoy la vida está muy amenazada por los diferentes tipos de adicciones, por la pobreza y la marginalidad, y por diversas formas de violencia en las que muchas personas ven en peligro su existencia, particularmente, el aborto que amenaza la vida recién concebida», afirman expresando su preocupación por las diversas «situaciones de nuestra vida social», en las que no se está promoviendo el don de la vida.

En este sentido, los declarantes también dicen que tanto la vida de la madre, como la de su hijo «deben ser respetadas y preservadas». «Cuando una mujer está en estado de gravidez, no es solamente una vida la que hay que proteger, sino dos, la de la madre y la de su hijo o hija en gestación», destacan.

Más adelante, recuerdan que la vida es un don para «recibir, cuidar, entregar, compartir, administrar y contemplar», puesto que cada vida humana «participa de un misterio que nos supera porque es imagen de Dios y desde el primer instante de la concepción lleva la huella de la Trinidad».

Al respecto, destacan que la vida es un don para administrar siendo indispensable la formación de niños y jóvenes, «para la vida familiar estable y el ejercicio de una paternidad y maternidad responsable y generosa». Sobre este tema agregan que esta educación «debe incluir el conocimiento de la sexualidad y de la fertilidad para integrar en la afectividad y el amor».

Finalmente, señalan que como creyentes «queremos sostener y promover el valor del derecho a la vida y de su dignidad», y lo afirman «apoyados en nuestra fe en diálogo con la ciencia, como personas que amamos la vida que Dios nos ha regalado».

Con información del a Conferencia Episcopal Argentina.