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Lahore (Viernes, 16-09-2011, Gaudium Press) En un escuela superior en el estado Punjab, Pakistán, un profesor cristiano, cuyo nombre no fue revelado por motivos de seguridad, fue falsamente acusado de práctica de «blasfemia». La acusación tuvo su origen en afirmaciones de un alumno y algunos profesores musulmanes que lo habrían denunciado a un tribunal por antipatía, venganza u odio anticristiano. El profesor, que fue obligado a dejar el trabajo y vivir escondido, presentó recurso junto a dicho tribunal. Entretanto, la respuesta fue una lacónica sentencia del juez de primera instancia que lo «invitó a dejar el país».
El episodio es descrito por fuentes de la agencia de las Obras Misionales Pontificias – Fides, radicadas en la propia comunidad cristiana de Punjab, que piden el anonimato por razones de seguridad. Según la agencia católica internacional, el hecho es muestra de algunas de las actuales condiciones de violencia y discriminación en que se encuentran las minorías religiosas en Pakistán. Minorías que sufren cotidianamente una vigilancia de consciencia. El episodio es una muestra más de los abusos a los que se presta la llamada «ley de la blasfemia», usada, sobre todo, para afectar a los cristianos.
El caso
El caso de este profesor sucedió recientemente en una ciudad de la región de Punjab. Él es obligado a esconderse constantemente, pues, conforme la agencia Fides, está siendo buscado por extremistas y puede ser ejecutado de un momento a otro. El profesor tiene 40 años, es casado y padre de 3 hijos. Será obligado, ahora, a comenzar una nueva vida en otro lugar, probablemente bajo nueva identidad, si quiere sobrevivir.
Su historia comenzó cuando ejercía su profesión en una escuela pública frecuentada principalmente por estudiantes musulmanes. El profesor reprehendió a uno de los alumnos en diversas ocasiones, siempre por motivos ligados al estudio y, según todo indica, informan fuentes de la Agencia Fides, a él se unieron profesores musulmanes para organizar un complot que desacreditase y lograse expulsar al profesor cristiano: quemaron algunas páginas del Corán y acusaron al profesor de ser autor del «gesto blasfemo».
Conforme Fides, a partir de aquel día, el profesor fue obligado a despedirse de su empleo y continuó recibiendo insultos y amenazas siempre más fuertes, inclusive en su propia casa. Vistos los peligros que corría, se transfirió con la familia a una localidad ignorada.
Confiando en el sistema judicial pakistaní, él presentó recurso a un tribunal de primera instancia, para probar su inocencia: El tribunal no solo no lo libertó ni emitió alguna medida para detener a los extremistas, sino que lo aconsejó vivamente a dejar el país.
Con información de la Agencia Fides.
Gaudium Press / João Sergio Guimaraes
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