Lima (Martes, 27-09-2011, Gaudium Press) La libertad es un precioso don que Dios obsequió al hombre, pero existen condiciones para que él sea bien empleado: fue ese el importante asunto desarrollado por el Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, Primado del Perú, el pasado domingo en la Basílica catedral limeña.
«Dios nos ha regalado el don más precioso y grande que es la libertad. La salvación de cada uno de nosotros está en manos del ejercicio de tu libertad. Le pedimos a Nuestra Señora de la Merced: Ilumina a nuestro pueblo para que sepan tener esa sabiduría de usar su libertad iluminada por la fe en un marco de la humildad», dijo el purpurado.
«Dios nos ha regalado el don más precioso y grande que es la libertad», dijo el Cardenal Cipriani |
El uso de la libertad está determinado por una virtud y por un vicio: la humildad y la libertad.
«Podemos hacer de nuestra vida una maravilla por este camino de la humildad, de la confesión, de la frecuencia de asistir a Misa, de ser amigos de Dios o podemos vivir envueltos en esa soberbia, pero al llegar al final seremos nada», prosiguió. Para que la libertad no se extravíe, siempre hay recursos, como por ejemplo la Voz de Dios: «La Palabra de Dios siempre ilumina, no solamente el pensamiento sino que convierte el corazón. Dios manifiesta su poder con el perdón y misericordia».
En sentido contrario, una libertad sin referencia a la virtud, desbocada por la soberbia, lleva al extravio.
«El hombre en lugar de reconocer y agradece el tesoro de la libertad, el hombre se enfrenta a Dios y le dice ‘tú no eres poderoso, fíjate como yo hago lo que me da la gana fíjate como yo me río de ti y abuso’. Y el Señor siempre nos espera con paciencia, perdona, llama una vez y otra buscando a sus hijos libres», explicó.
«Tantos ateos, agnósticos o inclusive algunos que se dicen católicos desafían la bondad de Dios en lugar de entender qué grande es que me has adornado con la libertad y por tanto has hecho de nuestra vida una novela maravillosa en la que cada uno va escribiendo su destino, cada uno va leyendo la historia de su vida y al final de los tiempos el Señor te dirá: entrégame tu libro, quiero ver qué hiciste con tu libertad», continuó. Nuevamente el Cardenal Cipriani hizo un llamado al ejercicio de la libertad en la humildad.
Las consecuencias del uso de la libertad sin la humildad: el nazismo, el comunismo
«Una libertad sin humildad se convierte en un pequeño monstruo, lo hemos visto a lo largo de la historia de la humanidad en esas banderas de la libertad sin Dios y sin humildad, sin respeto por los demás», reflexionó.
«Por ejemplo, 70 años de comunismo desaparecieron millones de vidas; años después un fenómeno del mismo tipo, nazista, otra tragedia mundial con millones de muertos; y hoy algo más insidioso y venenoso, un relativismo, que va comiéndote por dentro por ejemplo la fidelidad de un hombre a su esposa y viceversa, la lealtad de unos padres con sus hijos, del vientre materno que cuida al no nacido», culminó el Cardenal.
Con información de la Oficina de Comunicaciones del Arzobispado de Lima
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