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Hong Kong (Martes, 27-09-2011, Gaudium Press) Esta semana China fue palco de un capítulo más del conflicto que envuelve a la Iglesia Católica y el Partido Comunista del país. Esta vez el asunto implicó la nueva reforma escolar china, que introduce, entre otras cosas, lecciones de educación nacional.
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| Para el Cardenal Zen la reforma educativa impulsada por el gobierno chino puede ser comparada con un «lavado cerebral» |
Indignado con la iniciativa gubernamental, el obispo emérito de Hong Kong, Cardenal Joseph Zen Ze-kiun, clasificó la reforma como de «lavado cerebral», y pidió que profesores, estudiantes y familiares se opongan al plan del gobierno, que pretende que todas las escuelas primarias y secundarias acaten la reforma.
El purpurado declaró que este tipo de enseñanza propuesta por el Partido Comunista de China (PCC) puede llevar «a un nacionalismo extremo en el país». Preocupado con esta posibilidad, el prelado cuestionó: «¿La educación nacional significa apoyo incondicional al Partido Comunista? ¿Significa exaltar las reglas del partido en la historia?».
En su declaración, el Cardenal Zen criticó también la propuesta gubernamental de obligar a todas las escuelas que son beneficiadas con ayuda estatal a instituir comisiones de gestión formadas por padres, profesores y miembros de la comunidad local.
En este sentido, el obispo emérito de Hong Kong declaró que «la Iglesia Católica tiene la obligación de ofrecer control y contrapeso al gobierno». Según el prelado, sin esta autonomía de la Iglesia, el gobierno podrá hacer lo que quiere.
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