Bolivia (Sábado, 28-03-2009, Gaudium Press) «No se puede resolver el flagelo del sida con la distribución de preservativos: al contrario, el riesgo que se corre es el de aumentar el problema». Las palabras del Papa en Camarones, en la primera etapa de su primera visita al África, generaron polémica planetaria y suscitaron críticas de políticos, médicos y ONGs de diversos países. A pesar de eso, algunos cientistas fueron en el sentido opuesto al de otros colegas, defendiendo que Benedicto XVI no estaba totalmente equivocado en sus declaraciones sobre la eficacia de los profilácticos. «El preservativo, por si sólo, no es la solución», corroboraron.
Uno de esos cientistas es Edward C. Green, principal especialista en epidemiología del Sida de la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos. En abril del año pasado afirmó a la revista de pensamiento «First Things» que el Sida había sido reducido en Uganda, Kenia, Haití, Zimbague, Tailandia y Camboya, y en zonas urbanas de la Costa de Marfin, Etiópia, Zambia, y Malauí. Según él, lo común entre todos estos lugares es que se había reducido el número de parejas, aumentado la fidelidad, la monogamia y la abstinencia.
Esa línea de tratamiento fuera defendida en 2004, cuando fue trazado y publicado el «consenso Lancet» en la revista médica «The Lancet» – la misma que en esta semana pidió que el Papa se retractase por las declaraciones en África. Por medio de ella, 140 especialistas de 36 países establecían el ‘ABC’ (Abstinencia», «Be faithful» (sea fiel) y «Condón» (preservativo) como línea común de actuación en el combate a la epidemia.
El consenso dejaba claro que el más eficaz era el dúo «AB» y que el preservativo no eliminaba el riesgo, apenas lo reducía. En otra reciente entrevista para la «National Review Online», Green explicó la «compensación del riesgo»:
«Cuando se usa una tecnología de reducción de riesgo, como en el caso del preservativo, para los beneficios del tratamiento frecuentemente se pierden, y se asume un riesgo mayor que si alguien no use esa tecnología», explica. «También me di cuenta de que el Papa dijo que la monogamia era la mejor respuesta al Sida en África. Nuestras investigaciones muestran que la reducción del número de parejas es la más importante mudanza de comportamiento asociada a la reducción de las tasas de contagio del Sida en África», afirma.
Según Green, lo más eficaz para el África es educar para la abstinencia y la monogamia, como, afirma, demuestran hace años Uganda y, recientemente, Kenia, países que invirtieron en esos valores y vieron que los contagios fueron reducidos. El epidemiologista sustenta que el modelo en la lucha contra el Sida es el de Uganda, donde el gobierno local adoptó un programa en los años 80 que decía «quédese con su pareja o sea fiel».
«Allí, los programas intentaron modificar los comportamientos sexuales a un nivel más profundo. Y funcionaron», concluyó.
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