Santiago (Martes, 11-10-2011, Gaudium Press) Este domingo 9 de octubre, monseñor Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago, publicó una columna en el diario de circulación nacional La Tercera, en la cual se refirió a la amenaza que representan para los valores cristianos de Chile algunas iniciativas de ley presentadas en el último tiempo relativas a legalizar las uniones de personas del mismo sexo y el aborto.
El artículo de Mons. Ezzati fue publicado en La Tercera |
Citando Novo Millenio Ineunte de Juan Pablo II, el prelado manifestó el gran respeto de la Iglesia hacia aquellas personas que piensan de manera diversa, especialmente en una sociedad plural; sin embargo considera que es un deber de todo cristiano el «invitar a reflexionar sobre las consecuencias que tendría para Chile introducir cambios conceptuales drásticos en la legislación que se apartan del designio creador sobre el ser humano».
En este sentido, dichas modificaciones «contradicen lo que la misma naturaleza nos enseña acerca del amor humano, del respeto a la vida desde su concepción y hasta la muerte natural, y de la familia fundada en el matrimonio, unión de un hombre y la mujer, el fundamento y la base de la sociedad».
Esta obligación que emana también de un profundo amor a Chile, «nos obliga en coherencia a pronunciar y sostener una palabra muy clara respecto de la posibilidad de abrir espacio jurídico en nuestro país al aborto. No existe ninguna razón que haga lícita una intervención directa con el propósito de poner fin a la vida humana en el seno materno, que es un atentado al más inocente de todos los seres».
Y agregó: «Del mismo modo, no quisiéramos que una iniciativa que justamente promueve la no discriminación, termine atentando en forma discriminatoria contra el bien de la institución matrimonial, como es el caso de la propuesta para regular las uniones de hecho, especialmente entre personas del mismo sexo».
Estos grandes valores de la ética cristiana -continuó el prelado- que en muchos casos son compartidos por personas no creyentes, se encuentran seriamente amenazados por estos proyectos de ley. «Estos valores que promovemos y que por fidelidad al Evangelio consideramos irrenunciables, son la base de la vida y de la sociedad que queremos legar a las generaciones venideras», concluyó.
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