viernes, 22 de noviembre de 2024
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Concluye el V Congreso Eucarístico Nacional en México

Tijuana, Baja California (Martes, 11-10-2011, Gaudium Press) Tras cinco intensos días en los que cientos de personas se dieron cita en Tijuana, ciudad fronteriza de México, el V Congreso Eucarístico Nacional llegó a su fin el pasado 9 de octubre.

El congreso, cuyo lema fue «Denles ustedes de comer», contó con la presencia de más de 4000 personas, entre ellas 40 Obispos, 300 Sacerdotes, 150 Religiosas y laicos.

Durante los 5 días que duró el evento, se profundizó en temas como «Eucaristía en los Padres de la Iglesia», «La Anamnesis», «Jesús, Cordero Inmolado», «Eucaristía y Esperanza» y «Eucaristía y María» entre otros.

Los participantes del V Congreso Eucarístico Nacional indicaron que las conclusiones alcanzadas tras este magno y agraciado evento fueron las siguientes:

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-El congreso fue un momento de gracia y comunión tanto entre los participantes como entre aquellos que lo siguieron a través de los medios de comunicación. Fue «un momento de comunión fraterna a la que nos impulsa la eucaristía».

-«Estamos en la «era del vacío». El hombre ‘light’ no cree en casi nada, sus opiniones cambian rápidamente y ha desertado de los valores trascendentes. Estamos en la era del plástico, el nuevo signo de los tiempos. El hombre light no tiene referente, ha perdido su punto de mira y está cada vez más desorientado ante los grandes interrogantes de la existencia. Ante ello Cristo es la Respuesta y la Eucaristía el alimento que fortalece la existencia del hombre.»

-El Congreso dio oportunidad para reflexionar sobre, y afirmar que el regalo más grande recibido de Dios es la Eucaristía. Ya que como menciona el Concilio Vaticano II, «la sagrada Eucaristía…, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua».

-Se agradeció a todas las personas que ayudaron a la realización y participaron en el evento pues esta fue «una fiesta, en la que Cristo Eucaristía nos ha reunido y convocado para celebrar el misterio de la fe».

-Se hizo una invitación para que los participantes compartan con los bautizados su experiencia «con el fin de que su participación y celebración de la Eucaristía sea más viva y se exprese en amor, justicia y paz y ayude a la reconstrucción del tejido social.»

Mons. Carlos Garfias Merlos, Arzobispo de Acapulco señaló en un comunicado que ante un marco de violencia e inseguridad que prevalece en México, el Congreso profundizó en la dimensión «pacificadora y reconciliadora de la Eucaristía, como sacramento de vida fraterna». Y recordó que en la Exhortación Pastoral «Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna», los obispos del país norteamericano subrayan que: «La Eucaristía, fuente y cumbre de la vida eclesial y proyecto de solidaridad para toda la humanidad, actualiza en todos los discípulos misioneros de Jesucristo la vocación y misión de ser artífices de paz. En efecto, quien participa en la Eucaristía de manera activa, consciente y responsable, aprende de ella a ser promotor de comunión, de paz y de solidaridad en todas las circunstancias de la vida».

Y agregó: «En medio de las situaciones de violencia, los cristianos somos interpelados a vivir la Eucaristía como una gran escuela de paz, donde se forman hombres y mujeres que, en los diversos ámbitos de responsabilidad de la vida social, cultural y política, sean artesanos de diálogo y de comunión.»

La misa de clausura del Congreso fue presidida por Mons. Piero Marini, Presidente del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales, quien invitó a acoger con prontitud la llamada de Dios, luchando contra las dificultades y los obstáculos, poniendo «la voluntad al servicio de Dios», dejando a un lado la superficialidad y el descuido, teniendo siempre presente las continuas invitaciones de Dios durante nuestra vida.

Mons. Marini concluyó: «Para nosotros no ha llegado el juicio definitivo. Pero es necesario aprovechar este tiempo, sobretodo en este Congreso Eucarístico, para aprender a llevar el vestido bautismal. No es una vestimenta ya terminada, la debemos confeccionar día a día, domingo a domingo, con paciencia, con humildad y con compromiso.»

Con información de la Conferencia del Episcopado Mexicano

 

 

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