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Lima (Viernes, 14-10-2011, Gaudium Press) El pasado domingo 9, una ceremonia especial tuvo lugar en la limeña parroquia de La Encarnación, a las 11 horas locales, en la que se conmemoró a la Virgen del Rosario. La devoción a la Virgen del Rosario está arraigada en el alma de todos los peruanos, pero es ella particularmente la patrona de una ciudad de la sierra peruana llamada Jauja.
En esta ciudad, se venera una bella imagen de Nuestra Señora del Rosario, de gran tamaño, que según la tradición, fue obsequiada por Carlos V a la Catedral del Cuzco, pero que por motivos desconocidos se quedó en Jauja para ser venerada en la primera catedral de Suramérica. La catedral de Jauja fue fundada, de forma definitiva, el 25 de abril de 1534, junto con la primera capital de la Gobernación del Perú, en la que es hoy apacible, melancólica y estacionaria ciudad de Jauja.
La celebración en honor a la Virgen del Rosario en la iglesia de La Encarnación, que contó con una muy nutrida asistencia, tuvo el especial relieve del solemne ceremonial litúrgico que los Heraldos del Evangelio prepararon para la ocasión. Los Heraldos del Evangelio tienen a cargo la atención pastoral de esa parroquia. Tras la celebración eucarística se realizó una procesión por las calles aledañas.
Asimismo, el pasado lunes 10, y acompañando la costumbre limeña de misas nocturnas, tuvo lugar a las 21:00 horas, la «Misa de los Heraldos en honor al Señor de los Milagros», en el Santuario dedicado a ésta la principal devoción del Perú. A pesar del horario, el Santuario tuvo un lleno total. Acompañada litúrgicamente por el Coro de los terciarios de los Heraldos del Evangelio, la ceremonia también se revistió de especial solemnidad.
El Señor de los Milagros o Cristo de Pachacamilla es una imagen del Crucificado pintada en el Altar Mayor del Santuario de las Nazarenas de Lima, por un esclavo de origen angoleño llamado Pedro Dalcon, según la tradición. De esta imagen se han hecho numerosas réplicas que se usan en peregrinaciones en todo el país. El 15 de octubre de 2005, la Santa Sede proclamó al Señor de los Milagros patrono de los Peruanos, residentes e inmigrantes. Los peruanos que han tenido que emigrar de su país han llevado la devoción al Cristo a los lugares donde se encuentran.
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