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Bogotá (Lunes, 24-10-2011, Gaudium Press) Con la presencia del Arzobispo de Bogotá y Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Mons. Rubén Salazar Gómez, el Nuncio Apostólico en Colombia, Mons. Aldo Cavalli, el Ex Presidente colombiano, Belisario Betancur, más otras personalidades y fieles del país suramericano, fue bendecida en Bogotá una escultura en homenaje al Beato Juan Pablo II.
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| La escultura mide 2.60 metros y fue elaborada en bronce |
El evento, que tuvo lugar el pasado sábado 22 de octubre -coincidiendo con la primera fiesta litúrgica del Beato Papa -, se realizó en el Templete Eucarístico del Parque Metropolitano Simón Bolívar, donde permanecerá la imagen de Wojtyla, como parte de los homenajes que los colombianos tributan este año a Juan Pablo II con motivo de la visita que hizo al país hace 25 años, y por su beatificación el pasado mayo.
Esta escultura, según señaló el padre Pedro Mercado Cepeda, Secretario Adjunto de la CEC, en entrevista con el Departamento de Comunicación del Episcopado Colombiano, es «la prueba fehaciente de que el Papa amó a Colombia y que los colombianos amamos profundamente al Papa y queremos tenerlo muy cerca de nuestros corazones».
Asimismo, expresó que la imagen, que permanecerá en el Templete bogotano para visita de los fieles, «no es solamente un monumento, es el testimonio de un afecto, de un amor vivo que tiene que ser también operativo en nuestro país».
La imagen -que ha sido bautizada «Alma Peregrina»- es obra de la artista colombiana Julia Merizalde. Ella mide 2.60 metros de altura y fue elaborada en bronce. En el lugar permanecerá una capilla para honrar la memoria del Beato y «acompañar de manera permanente el proceso que ahora se inicia para su canonización», tal como destaca un comunicado de prensa de la CEC.
Juan Pablo II visitó Colombia en julio de 1986. En la ocasión, el Pontífice pasó por ciudades como Bogotá, Chiquinquirá, Popayán, Cali, Cartagena, Medellín, Bucaramanga, Barranquilla y Armero. Esta última -que entonces vivió una tragedia ocasionada por una avalancha del Nevado del Ruiz – es una de las más recordadas, especialmente cuando el Beato Papa rindió, frente a una inmensa cruz, un homenaje a los colombianos que allí quedaron sepultados.
Con información de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).
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