San Pablo (Lunes, 24-10-2011, Gaudium Press) A propósito del Mes de las Misiones, y también de la fiesta del gran misionero San Antonio María Claret, Gaudium Press realizó una entrevista exclusiva con el prefecto del Apostolado de los Misioneros Claretianos en Brasil, el Padre Ronaldo Mazula.
Conseguimos hablar con el Padre Ronaldo poco antes de que él embarcara con destino a Río de Janeiro, donde se ha dirigido para organizar la Jornada Mundial de la Juventud Claretiana que se realizará en julio del 2013. Como buen misionero, sus palabras fueron siempre rápidas, directas, simples, de fácil comprensión:
Gaudium Press – ¿Qué lo llevó a ser un misionero?
Padre Ronaldo Mazula – Opté por la vida misionera, como sacerdote claretiano porque siempre deseé trabajar «más allá de las fronteras» y con otras culturas. Anunciar el Evangelio y compartir la buena nueva, así como la alegría del Reino de Dios siempre me motivaron a enfrentar nuevos desafíos y compartir el proyecto y la propuesta cristiana de un mundo más fraterno y más justo.
Prefecto del Apostolado de los Misioneros Claretianos en Brasil, Padre Ronaldo Mazula |
GP – Para un misionero, ¿cuál es la base evangélica que valora, justifica y anima el trabajo?
Padre Ronaldo – La misión cristiana brota de la comunión trinitaria y del misterio de la encarnación. Jesucristo, siendo Dios, se hizo hombre, para anunciar el amor y la voluntad de Dios, a la humanidad necesitada de redención y salvación. Y el propio Cristo envió a sus seguidores a ir por el mundo anunciando el Evangelio, expulsando a los demonios y curando a los enfermos.
GP – O sea, la vida misionera sería compartir
Padre Ronaldo – Exactamente. El Cristianismo no es una religión para ser vivida de modo egoísta e intimista; él precisa ser compartido y comunicado con toda la humanidad que carece del amor y la justicia divina y humana. Y también necesita redimir a esta humanidad, de forma integral, en su dimensión espiritual, social, política, económica, etc.
Es por eso que siempre me impresionó y me intimó la misión, el texto del juicio final, escrito en Mateo 25, 31-46: el Hijo del Hombre dará la herencia del Reino para los que dieron de beber a los sedientos, los que acogieron a los forasteros, los que dieron de vestir a los desnudos, los que dieron de comer a los hambrientos y los que visitaron a los presos y enfermos.
GP – Es evidente que, incluso «sin egoísmo e intimismo», usted tiene una satisfacción personal en este trabajo. Hable de esto
Padre Ronaldo – El anuncio de la Palabra de Dios y el trabajo por la transformación del mundo, a través de proyectos humanitarios y evangelizadores, como Misionero Claretiano, cada vez me ayudan más a confirmar mi vocación y a colocarme al servicio del Reino de Dios y de la humanidad. Siento que podría hacer mucho más, pero las limitaciones personales y los trabajos no siempre permiten dedicarme integralmente a las varias apelaciones del Espíritu Santo y del pueblo de Dios.
Pero, el hecho de contar con la misericordia de Dios y con la ayuda de tantos voluntarios en los proyectos solidarios, siempre nos animan más y nos hacen creer en la victoria del amor y la justicia.
GP – Misionero y fundador. Así podría ser definido San Antonio María Claret. Como misionero, ¿qué punto de la espiritualidad de él más le entusiasma y anima?
Padre Ronaldo – San Antonio María Claret (España, 1807-1870), vivió en uno de los momentos más interesantes y difíciles de la historia de la humanidad: el siglo XIX, con todas sus innovaciones y revoluciones. Buscó, en un ambiente de muchas inestabilidades, permanecer fiel al Reino de Dios y al servicio del pueblo de Dios. Por todos los medios posibles intentó evangelizar y agregar personas a su obra. Fue misionero, escritor, arzobispo en Cuba, confesor real, articulador de obras sociales y eclesiásticas: es eso lo que me anima a vivir la vocación claretiana, tratando de estar siempre más disponible a las apelaciones de Dios, de la Iglesia, de la Congregación Claretiana y del pueblo de Dios.
Misión Claretiana en Mozambique |
GP – Justamente en el Mes de las Misiones, vivimos la fiesta (24 de octubre) del Fundador de las Obras Misioneras Claretianas. ¿Qué decir de su obra, hoy?
Padre Ronaldo – San Antonio María Claret, percibiendo que sólo no podría hacer mucho, invitó a otros cinco sacerdotes para ayudarlo. Fundó, entonces, la Congregación de los Misioneros Claretianos, en España, en 1849. Su objetivo era anunciar el Reino de Dios, por todos los medios posibles, atento a lo que fuese más urgente, oportuno y eficaz.
En nuestros días, la Congregación tiene en sus cuadros alrededor de 3.200 padres, hermanos y estudiantes, además de millares de colaboradores laicos y laicas. Hoy estamos presentes en 65 países, en todos los continentes, con grandes actividades en países del Tercer Mundo. Actuamos en varias acciones misioneras: parroquias, misiones urbanas, rurales y «más allá de las fronteras», medios de comunicación, obras sociales variadas, educación, etc.
Los Misioneros Claretianos llegaron a Brasil en 1895 y, a partir de la ciudad de San Pablo se expandieron por Brasil. Estamos presentes en varios estados, en decenas de ciudades brasileñas.
Biografía
El Padre Ronaldo Mazula es Misionero Claretiano; nació en Barretos, interior de San Pablo, en Brasil. Ordenado sacerdote hace 23 años, trabaja junto a las obras misioneras Claretianas. Estudió en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, dio formación para futuros misioneros, enseñó Teología y trabajó 11 años en el área de la educación en colegios y facultades claretianas.
Es el actual prefecto del Apostolado de los Misioneros Claretianos en Brasil. Bajo su responsabilidad están las obras apostólicas claretianas de Brasil: misiones, parroquias, escuelas, obras sociales, medios de comunicación, etc. Fue él quien inició, con la ayuda de un grupo de profesores y alumnos, en el Centro Universitario Claretiano de Batatais, interior de San Pablo, el proyecto Ceusol, Claretiano Solidario, que tiene acciones solidarias en las áreas de salud, educación y evangelización, que se expandió a los Estados de Mato Grosso, Rondônia y llegó también a Mozambique, en África.
Su trabajo de hoy lo obliga a hacer constantes viajes por los territorios de misión. Cuando dio esta entrevista a Gaudium Press, el misionero acababa de llegar de una aldea indígena xavante, de Mato Grosso y ya estaba coordinando una misión para jóvenes religiosos, junioristas de la CRB, en la periferia de San Pablo.
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