Lima (Miércoles, 02-11-2011, Gaudium Press) Emotivas fueron las palabras del Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo Primado del Perú, en la misa presidida ayer, en el marco del último recorrido procesional del Señor de los Milagros en este año en la capital peruana. «Cada año son más los que vienen a ver al Señor de los Milagros, los que creen en Él, los que reciben sus milagros», expresaba con alegría el purpurado.
Foto: Arzobispado de Lima |
«La Iglesia es misionera, el Señor de los Milagros en este mes de una manera especial ha hecho de gran misionero y ha paseado por nuestras calles, hogares, ha visitado los hospitales, ha recibió a tantos amigos suyos en el mundo entero y ahora esa misión te dice a ti continúa en mi nombre anunciando mi perdón, alegría, amor. Esa Iglesia misionera en Lima y en el mundo entero anuncia a Cristo», dijo en la homilía.
El Arzobispo de Lima convocó a los presentes a que la devoción en el Señor de los Milagros se manifieste también en espíritu misionero y testimonio de vida:
«Señor de los Milagros, hoy tu quieres que recordemos que la misión principal de la Iglesia es llevar la vida eterna. Tu presencia Señor es invitarnos a esa santidad. En primer lugar con el ejemplo, que seamos testigos. Que la gente cuando nos vea y escuche pueda decir, «él o ella creen» por sus palabras, su ejemplo, en su casa, en su trabajo, basta verlo para saber que él cree. Los animo a dar ese ejemplo, sean testigos».
En otro momento, el Pastor de Lima recordó que la Iglesia es una institución que viene a salvar, a redimir y amar, por tanto no puede acomodarse al mundo.
«La Iglesia viene a salvar, a redimir, a amar, pero no viene a convertirse en una asociación más. La Iglesia, el Señor de los Milagros, no se pueden acomodar al mundo. La Iglesia tiene un mensaje, unos mandamientos, unos sacramentos. La Iglesia permanece abierta al mundo si no se mundaniza», reflexionó.
«La Iglesia no es poder, no es política, no es una fuerza que influye en la gente. La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo. Por eso, si la Iglesia no anuncia a ese Dios eterno, infinito y misericordioso, muerto en la cruz, resucitado, que cada día se te da en el alimento de la Eucaristía, te perdona en la Confesión, se hace mucho daño», prosiguió.
El Cardenal Cipriani animó a la juventud a buscar la verdad en Cristo, el Señor de los Milagros.
«Juventud, que tiene por delante al vida, estén siempre junto a Jesús y el plan de tu vida será una maravilla, búscalo. Padres de familia eduquen en la fe a sus hijos, y a quienes tienen el deber de conducir a este maravilloso pueblo hacia Dios le pedimos al Señor de los Milagros que seamos responsables, que la verdad, la justicia y el perdón brille», señaló.
«Los jóvenes y enfermos esperan misericordia. Todos esperamos que en el país haya justicia, no hablamos de política, hablamos del derecho que tenemos todos a vivir en paz, a que la justicia y la verdad reinen en los corazones, que la seguridad, que el ambiente de nuestras calles sea de una gran familia», continuó.
Finalmente agradeció a las religiosas carmelitas nazarenas por el cuidado y amor al Señor de los Milagros, para que el Cristo de Pachacamilla las premie con abundantes vocaciones. También felicitó a los miembros de la Hermandad del Señor de los Milagros de las Nazarenas por la dedicación y empeño en el cuidado de la devoción nazarena.
Concelebraron con el Cardenal Cipriani, Monseñor Raúl Chau, Obispo Auxiliar de Lima; Monseñor Pedro Hidalgo, Director Espiritual de la Hermandad del Señor de los Milagros de las Nazarenas; así como otros presbíteros.
Con información de la Oficina de Comunicaciones del Arzobispado de Lima
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