Bogotá (Jueves, 03-11-2011, Gaudium Press) La Conferencia Episcopal de Colombia, en unión con la invitación que recientemente hizo el Papa Benedicto XVI para que a partir del 11 de octubre del año 2012 se celebre el Año de la Fe, está animando a los fieles colombianos para que se preparen a vivir este acontecimiento acercándose, conociendo y difundiendo la Carta Apostólica «Porta Fidei», con la que el Santo Padre convoca este año especial.
De acuerdo con la misma Carta Apostólica, el Año de la Fe comenzará el 11 de octubre del año que viene -fecha que marca el 50º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, así como los 20 años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica-, y culminará el 24 de noviembre del 2013, en la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo.
Durante el mes de octubre del próximo año también tendrá lugar la Asamblea General del Sínodo de los Obispos con el tema «La nueva evangelización para la trasmisión de la fe cristiana», suceso, que en unión del Año de la Fe, según dice Benedicto XVI en la Carta, «será una buena ocasión para introducir todo el cuerpo eclesial en un tiempo de especial reflexión y redescubrimiento de la fe».
El documento, dado en forma de «motu proprio», estará disponible en la librería del Episcopado Colombiano, para quienes quieran obtenerlo como material físico. También se puede encontrar en la página web del Vaticano.
Un llamado especial del Santo Padre a los Obispos del Mundo
Esta convocatoria que hace el Episcopado Colombiano a los fieles del país suramericano en preparación del Año de la Fe, también responde a la invitación que el mismo Benedicto XVI hace en «Porta Fidei» a los Obispos del mundo.
«En esta feliz conmemoración, deseo invitar a los hermanos Obispos de todo el Orbe a que se unan al Sucesor de Pedro en el tiempo de gracia espiritual que el Señor nos ofrece para rememorar el don precioso de la fe. Queremos celebrar este Año de manera digna y fecunda», dice el Santo Padre en la Carta Apostólica.
En el documento, el Pontífice también hace un llamado para que los Obispos intensifiquen la reflexión sobre la fe, «para ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa, sobre todo en un momento de profundo cambio como el que la humanidad está viviendo».
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