África es una esperanza para el mundo y para la Iglesia, afirmó el Papa en el encuentro con los políticos, diplomáticos y representantes religiosos de Benín

Ciudad del Vaticano (Lunes, 21-11-2011, Gaudium Press) El Papa Benedicto XVI desafió a los responsables políticos y económicos de los países africanos y del resto del mundo a tornarse «servidores de la esperanza». «¡No privéis a vuestros pueblos de la esperanza! No amputéis su futuro, mutilando su presente. Mantén una perspectiva ética corajuda sobre vuestras responsabilidades y, si sois personas de fe, rogad a Dios que os conceda la sabiduría», fue el apelo del Papa en el encuentro el sábado en el Palacio presidencial de Cotonou en el segundo día del viaje apostólico a Benín.

El Sumo Pontífice contempla el desarrollo de la reunión en el Palacio Presidencial de Benín

En el segundo viaje al continente africano, en Benín, el Pontífice quiere reafirmar la necesidad de la esperanza como impulso para comenzar con mayor fuerza y convicción la transformación del continente africano, rico en potencialidades, pero reducido en los aspectos negativos. Benedicto XVI afirmó delante de cerca de 3 mil personas, entre las cuales, exponentes políticos, diplomáticos y religiosos, que «África es el continente de la esperanza» para la Iglesia y para el mundo. Pidió que paren de fomentar la visión negativa y pesimista, reductora y faltando el respeto a África que es presentada «con mucha frecuencia» en una perspectiva de curiosidades etnológicas y tratada como «una enorme reserva energética, mineral, agrícola y humana fácil de explotar para intereses muchas veces poco nobles».

En la lección ofrecida a los políticos, diplomáticos y representantes religiosos, el Santo Padre no propuso soluciones listas, sino trajo palabras de esperanza resaltando los valores del continente africano y dando algunas sugerencias para reflexión sobre los problemas actuales. Ante un auditorio en profundo silencio, el Papa recordó que los valores como la libertad, el respeto por la dignidad, el acceso a la educación y la asistencia sanitaria, una alimentación adecuada y un justo gobierno son fundamentales para toda cultura y también los derechos fundamentales de toda persona. Infelizmente la realización de eso se torna imposible por causa de «demasiados escándalos e injusticias, demasiada corrupción y codicia, demasiado desprecio y demasiadas mentiras, demasiadas violencias que llevan a la miseria y a la muerte».

«Ningún régimen político humano es el ideal, ninguna decisión económica es neutra; pero siempre deben servir al bien común», afirmó el Papa lanzando un apelo a los políticos y economistas para que sean «promotores del futuro» y «verdaderos servidores de la esperanza». La Iglesia católica quiere contribuir a esta misión ofreciendo «el alma de este cuerpo, apuntando incansablemente a lo esencial: Dios y el hombre».

Dar esperanza es sobre todo el deber de las religiones que quieren presentar a Dios que es la Verdad.

Benedicto XVI en presencia de los diversos representantes religiosos del país confirmó que «el diálogo ofrecido por la Iglesia Católica brota del corazón». Además, alentó «a promover, especialmente entre los jóvenes, una pedagogía del diálogo, para descubrir que la consciencia de cada uno es un santuario que respetar».

El Palacio presidencial, donde ocurrió el encuentro, es un gran edificio construido en 1960 por ocasión de la proclamación de la Independencia de Benín. Se sitúa a las márgenes del Océano Atlántico. La entrada principal es decorada con motivos de madera inspirados en las hojas de palmera. El mosaico de la escalera de honor representa el dibujo de los bastones de comando de Abomey, llamados «ricades». Los salones y las escaleras del palacio son decorados con tapicerías tradicionales africanas.