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San José (Miércoles, 23-11-2011, Gaudium Press) De nuevo la Iglesia se pronuncia frente a proyectos que buscan equiparar jurídicamente el matrimonio con las uniones de personas del mismo sexo. Esta vez lo han hecho los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, quienes esta semana -en cabeza de Mons. Óscar Fernández Guillén, Obispo de la Diócesis de Puntarenas y Presidente del Episcopado Costarricense, además de otros- se han pronunciado frente al proyecto de ley «Sociedades de Convivencia», que se adelanta en el país y que pretende promover el estatus jurídico a las uniones de los homosexuales.
«Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, asumiendo nuestro deber de enseñar al Pueblo de Dios, para que este permanezca en la verdad de la Revelación, presentamos algunas consideraciones orientadas, principalmente, a la protección de la dignidad del matrimonio, base esencial de la familia y valor importantísimo, que tiene que ser defendido de toda amenaza que ponga en peligro su solidez», recuerdan los prelados costarricenses en el mensaje.
Sobre el proyecto de ley, y haciendo referencia a parte del Evangelio de Mateo que dice «¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo hombre y mujer, y que dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne?», los Obispos manifiestan su oposición «a un proyecto que pretende equiparar las sociedades de convivencia con el matrimonio heterosexual».
Al respecto, señalan que al pretender darle igualdad de condiciones jurídicas a la unión de personas del mismo sexo, el Estado estaría entrando en una contradicción de sus deberes, puesto que -según expresan- el matrimonio y la familia, «como elemento natural y fundamental del la sociedad y del Estado, debe recibir la máxima protección posible de estos, especialmente, en el momento de su constitución y durante todo el proceso del cuidado y educación de los hijos».
Igualmente, recuerdan que la Constitución Política de Costa Rica, así como el bien común, exigen que las leyes «reconozcan, favorezcan y protejan el matrimonio como base de la familia y célula primaria de la sociedad», y señalan que la Iglesia no cesará en defender esos valores, «para el bien de la persona humana y de toda la sociedad».
Con lo anterior, los obispos de Costa Rica también dejan claro que la Iglesia rechaza cualquier discriminación contraria a la dignidad de toda persona y que «los hombres y mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto y evitar toda real discriminación». Pero también hacen una distinción: «No obstante, la Iglesia distingue entre el respeto a toda persona, independientemente de su orientación sexual, y el rechazo de las prácticas homosexuales, como acto objetivamente contrario al plan de Dios para el ser humano».
Finalmente, dicen que es una obligación básica del Estado «la protección jurídica de la naturaleza intrínseca de la institución matrimonial y familia», que incluye la promoción de los valores que le son propios al «auténtico matrimonio y la fecundidad de nuevas vidas», las cuales requieren la sana educación y un contexto legislativo que respete el Derecho Natural.
Con información de la Conferencia Episcopal de Costa Rica.
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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