Medellín (Martes, 29-11-2011, Gaudium Press) «A lo largo de la historia de la Iglesia, de muchas maneras, se ha recomendado y enseñado a tener un tiempo de soledad y silencio que permita alejarse del ruido de la vida diaria para sumergirse en la presencia de Dios, a fin de que Él nos dé una palabra que penetre en las profundidades de nuestro espíritu, una ayuda que fortalezca la voluntad para vivir el Evangelio y una gracia para emprender con más empeño y alegría la misión que hemos recibido. Se trata de un tiempo especial de oración para reencontrarnos con nuestra identidad cristiana y sacerdotal»: así hace referencia Mons. Ricardo Tobón Restrepo, Arzobispo de Medellín, en Colombia, a la importancia de los Ejercicios Espirituales para el Clero en su mensaje semanal.
Para Mons. Tobón, así como para los presbíteros, estos espacios «nos resultan muy provechosos», porque -como continúa el Arzobispo-, permiten mirar la propia vida, «abrirla al misterio del amor de Dios, controntarla con el proyecto de Cristo, someterla al poder creador del Espíritu Santo, integrarla mejor en el plan de salvación», y «ponerla con gozo al servcicio de nuestros hermanos».
Igualmente, expresa en su mensaje que los sacerdotes no pueden ignorar que sus vidas están ligadas a la de Jesucristo, porque «nos ha hecho amigos para compartir con nosotros su suerte y sus secretos, sus penas y alegrías, su proyecto de salvar la humanidad. Esto nos exige ser cada día más fieles a Él».
Del mismo modo, dice que esa amistad que el sacerdote tiene con Cristo no ha de ser «como un adorno», ella -continúa- «nos atrapa para su servicio, llena completamente la vida y transforma el amor en caridad pastoral hacia toda la humanidad». También les recuerda a los presbíteros que «el sacerdocio no es un título más en nuestra hoja de vida, sino la razón de ser de nuestra existencia».
Más adelante, Mons. Tobón -haciendo propias las palabras del Beato Juan Pablo II en la que exhortaba a los sacerdotes a reavivar la llama apostólica a través de tres aspectos: «evangelizad vuestra propia vida, continuad siempre en estado de conversión y dedicad tiempo al retiro espiritual y a la revisión de vida»- anima a los presbíteros a vivir el retiro espiritual como una oportunidad para «liberarnos del pecado, de aliviar los cansancios, de encontrar la salida a las dificultades, de llenarnos de entusiasmo y de esperanza».
Finalmente, el Arzobispo de Medellín invita a los sacerdotes de la Arquidiócesis a apartar un tiempo para vivir los Ejercicios Espirituales para el Clero. «Nuestra vida no está ya sino para ‘permanecer’ en el Señor y debemos buscar los espacios y ayudas que necesitamos para ello. Un sacerdote, como en un nuevo Pentecostés, siente en cada Retiro Espiritual que el don del Espíritu recibido en el Bautismo y en la Ordenación se acrecienta y fructifica», agrega.
Esta reflexión la ha hecho el Arzobispo colombiano con ocasión de los Ejercicios Espirituales que los sacerdotes de su jurisdicción eclesial han iniciado en este mes de noviembre y que se prolongarán hasta el 2012 durante los meses de enero y junio en el Seminario Conciliar.
Con información de la Arquidiócesis de Medellín.
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