Caracas (Martes, 29-11-2011, Gaudium Press) A través de un comunicado emitido y firmado el pasado 14 de noviembre por la Comisión Episcopal de Familia e Infancia de la Conferencia Episcopal Venezonala, obispos del país suramericano expresan su precupación «por la grave confusión que puede provocar en la opinión pública», la promoción que ciertos medios de comunicación vienen realizando a la llamada «píldora antoconceptiva de emergencia».
«Nos preocupa gravemente que para evitar un embarazo no deseado se invite a la utilización del ‘anticonceptivo de emergencia’. Este ‘anticonceptivo’ es un producto farmacéutico compuesto por Levonorgestrel (0,75 mg.), que incluye entre sus mecanismos de acción ‘un efecto que produce cambios en el endometrio que impide la implantación’. Este efecto no es una acción anticonceptiva como se manifiesta, sino interceptiva, ya que intercepta el embrión antes de su anidación en el útero materno, deteniendo así el proceso de desarrollo normal del embrión humano, que da lugar a un aborto químico temprano», explican los obispos venezolanos en el comunicado.
De esta manera, como continúan, el uso de medios de interceptación «es una modalidad de aborto, que en la legislación venezolana es sancionado como delito por el Código Penal 4, y es, además, gravemente inmoral».
En el comunicado los obispos también señalan que el promover este fármaco «deja abierta la idea de que es lícito tener relaciones sexuales seguras sin peligro de procreación, al ofrecer la posibilidad de elimar la vida de un ser humano ya concegido».
«Ello es inadmisible, dado que todo ser humano desde el momento que se inicia su existencia con el embarazo de la mujer en la concepción, posee una dignidad y el derecho a que le sea garantizada y respetada su vida, por el Estado, la sociedad, y la familia», añaden.
Dicen, además que una sociedad que está llamada a proteger la vida «no puede aceptar la oferta de soluciones irresponsables, como la eliminación de la vida humana fruto de relaciones sexuales prematuras e irresponsables». Ante lo cual agregan que la auténtica y coherente prevención va unida con la dignidad del ser humano y de una educación en valores: «Es a través de la educación de los valores morales, el modo de crecer como seres humanos y de contribuir al desarrollo de una sociedad sana y responsable».
En este sentido, los obispos venezolanos, hacen un llamado a los padres de familia para que, «como primeros y principales responsables de educar y proteger el desarrollo moral de sus hijos (…) inculquen en ellos el respeto y el valor a la vida». Y al Estado, «que propugna el derecho a la vida entre los valores superiores de su ordenamiento jurídico», a que se compromete «a tomar cartas en tan delicada situación».
Con información de la Conferencia Episcopal Venezolana.
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