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Bogotá (Martes, 13-12-2011, Gaudium Press) Encabezados por el P. Jhon Harol Cangrejo, sacerdote diocesano párroco de la capilla de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, y asistidos por los aspirantes al diaconado permanente Hugo Rivera y Oscar Martín Suárez, un grupo de 16 terciarios y aspirantes a terciarios de los Heraldos del Evangelio recorrieron el domingo zonas inundadas de la localidad de Bosa en el suroccidente de Bogotá, llevando alimentos y asistencia espiritual.
El crudo invierno que en los meses recientes ha afectado a toda la nación colombiana, se encarnizó particularmente con habitantes de Bosa y Kennedy, en la capital andina. Más de 40.000 personas, hace una semana, vieron como aguas negras de hasta un metro de altura y más inundaban sus casas, salidas de un alcantarillado que había colapsado tras la enorme cantidad de aguas recibidas, y por la creciente del río Bogotá, adonde confluyen las aguas negras. Estas personas han tenido que dormir en condiciones precarias fuera de sus hogares, en albergues adecuados por la administración distrital, y viven de la ayuda que les brinda Estado y particulares. Entretanto el nivel de las aguas ha bajado, y algunas familias han podido regresar a sus hogares.
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| El P. Cangrejo, a la izquierda |
Entonando populares canciones religiosas como «El 13 de Mayo», «La Blanca Paloma», «Tú Reinarás», acompañados por la Imagen peregrina de la Virgen de Fátima, en autos y en botes, la comitiva de los Heraldos visitó a los afectados. Alimentos, estampas y medallas religiosas fueron algunas de las donaciones realizadas.
Una señora de 60 años pedía al P. Cangrejo que la bendijera. Otros quisieron colocar con sus propias manos la corona a la imagen de la Virgen mientras se consagraban a ella. Cuando la comitiva fue trasportada por botes del ejército a algunos de los puntos de mayor afectación, vio como otros botes se acercaban para recibir la bendición del sacerdote y pedirle a la Virgen cuya imagen veneraban que nunca los desamparara, particularmente en medio del dolor.
Al final de la jornada, un nutrido grupo de vecinos se unieron a la caravana para entonar villancicos y hacer presentes las próximas fiestas natalinas.
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