Medellín (Miércoles, 14-12-2011, Gaudium Press) «Navidad es el misterio de la alegría de Dios, de su amor por nosotros, de su decisión de construir un mundo nuevo. Navidad es un misterio que exige nuestro compromiso con el plan de la salvación, que nos hace solidarios con nuestros hermanos y que nos hace testigos de la alegría verdadera de la esperanza que no falla»; son las palabras que ha dirigido Mons. Ricardo Tobón Restrepo, Arzobispo de Medellín, en Colombia, a los obispos auxiliares, sacerdotes, diáconos y fieles laicos de la Arquidiócesis colombiana en su mensaje con ocasión de las próximas festividades decembrinas.
El alumbrado navideño en Medellín es particularmente hermoso |
Aprovechando la ocasión, a todos ellos, el prelado colombiano les agradece por «la fe, la unidad y el compromiso apostólico» con los cuales, a lo largo del año, han realizado «la vida y la misión de la Iglesia arquidiocesana».
Del mismo modo, hace una especial invitación para que en esta época navideña, contemplando el misterio de la encarnación, «puedan renovar las fuerzas para los días que vendrán», y anima a vivir en familia y en las parroquias «la alegría y la esperanza de Cristo, que se hizo carne y habitó entre nosotros».
Mons. Tobón, también llama para que no se reduzca la Navidad «a inútiles luces de colores» o a falsas diversiones que dejan vacíos, o incluso a «sentimientos románticos y nostálgicos de la infancia».
Recuerda que la Navidad es un misterio «que siempre desborda», y que aunque la sociedad de consumo «entretenga en cosas externas y secundarias -como expresa el Arzobispo-, todos alcanzamos a presentir que Dios, por puro amor, ha querido compartir la condición humana y su destino».
Asimismo, señala que pese a las dificultades que se presenten, «la Navidad llega con un mensaje de alegría, irradia un rayo de luz y siembra esperanza».
Razón por la cual, el Arzobispo hace un llamado para que la comunidad arquidiocesana, especialmente en estas fechas, dé un testimonio de que la vida tiene sentido, y alienta a que se irradie «la paz y la fortaleza de quien realmente se siente salvado».
Finalmente, apela a «asumir una actitud más solidaria con todas las personas», de modo particular por quienes sufren por diversas dificultades de la vida, como las inundaciones que afectan a varias poblaciones colombianas, por la falta de empleo, y a quienes sufren por la violencia y diferentes formas de injusticia.
Con información de la Arquidiócesis de Medellín.
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