Ciudad del Vaticano (Jueves, 15-12-2011, Gaudium Press) Una auténtica solidaridad en la era de la globalización para enfrentar los grandes desafíos que tenemos delante de nosotros, en particular las jóvenes generaciones, fue el pedido del Papa en la audiencia a los nuevos embajadores no residentes en Roma. En la Sala Clementina del Palacio Apostólico el Santo Padre recibió a los embajadores de Trinidad y Tobago, Guiné-Bissau, Suiza, Burundi, Tailandia, Pakistán, Mozambique, Kirguistán, Andorra, Sri Lanka y Burkina Fasso para la presentación de las Cartas Credenciales. A partir de esta semana la Santa Sede cambia la praxis introducida bajo el pontificado de Pablo VI. No habrá más un texto de saludo por parte de los embajadores, ni un texto específico del Papa para cada uno de ellos.
La actividad diplomática del Papa es la más intensa de cualquier jefe de Estado |
En el discurso pronunciado en francés Benedicto XVI observó que la interdependencia que vivimos en la era de la globalización debe «ser vista como una ventaja, no una amenaza» y exhorta a los embajadores a «trabajar unos con otros, unos por los otros». «Todos somos responsables por todos y es importante tener un concepto positivo de solidaridad», afirmó el Pontífice. Un «desarrollo humano integral que permita a la humanidad avanzar» hacia nuevos resultados. El Pontífice hizo votos de «una solidaridad entre las generaciones» que «encuentra sus raíces naturales en la familia» que debe ser apoyada en su «misión esencial en la sociedad».
Unas bases éticas fundamentales
En este ámbito el Papa alentó «a cada uno, cualquiera sea su nivel de responsabilidad y en particular a los gobernantes» a «invertir los medios necesarios para dar a la juventud las bases éticas fundamentales», especialmente «ayudándolos en la formación y en la lucha contra los males sociales como el desempleo, las drogas, la criminalidad» y también la falta de respeto por la persona. El Papa afirmó que justamente una particular «preocupación por el destino de las generaciones futuras puede llevar a un significativo progreso de la percepción de la unidad del género humano».
«Los nuevos desafíos – continuó – que sus países deben hoy enfrentar requieren ciertamente una movilización de inteligencias y la creatividad del hombre para combatir la pobreza y para una más eficaz y más correcta utilización de las energías y los recursos disponible».
En el plano individual, como en aquel político «existe la necesidad de encaminarse decididamente en dirección a un empeño más concreto y más compartido» para el «respeto y la protección de la Creación». Es necesaria «una vigilancia activa y eficaz para el respeto y la promoción de la dignidad humana» contra cualquier intento de negación a instrumentalizarla. El Pontífice hizo un apelo al final del discurso para «una política cultural que favorezca el acceso de todos a los bienes espirituales, que valorice la riqueza del tejido social y que no desaliente nunca al hombre en su búsqueda libre» de la dimensión espiritual.
Un cambio de praxis diplomática
Hoy de mañana durante la audiencia para la presentación de las cartas credenciales, el Santo Padre pronunció un único discurso a todos los embajadores presentes, pero, «diversamente de lo que fue en el pasado, no hay un texto único de saludo por parte de cada embajador, ni un texto específico del Papa para cada uno de ellos», explicó a los periodistas hoy de mañana el Padre Federico Lombardi al comunicar el cambio en la praxis.
En la actualidad, hay alrededor de 180 embajadores acreditados ante la Santa Sede |
«En realidad, la praxis de los discursos – continuó el director de la Sala de Prensa vaticana -que antes no existía como tal, con excepción de algunas ocasiones especiales, como durante la Segunda Guerra Mundial- remontaba a los años del pontificado de Pablo VI, y los discursos eran textos escritos que eran intercambiados y después publicados, pero no eran de hecho pronunciados». El Padre Lombardi resaltó también el hecho de que «al final del pontificado de Pablo VI los embajadores acreditados eran cerca de 90, mientras hoy son aproximadamente 180, esto es, prácticamente el doble».
También la praxis diplomática en los diversos países del mundo no prevé discursos en la ocasión de presentación de las Cartas Credenciales. Por tanto, eran una particularidad de la Santa Sede. Ahora, así como era antes, el Papa recibirá al nuevo embajador en una audiencia privada para «encontrarlo personalmente para que sea conocido y para conocerlo». «Está previsto que ahora esta sea nuevamente la praxis de la Santa Sede, por motivos de simplicidad y uniformidad con los usos diplomáticos corrientes», sea para audiencias privadas para los embajadores residentes sea para las ruedas para aquellos que no residen en Roma, dijo el director.
Además, recordó que «el Papa tiene muchas ocasiones para manifestar su proximidad y su solicitud con los diversos pueblos, con mensajes específicos para algunas situaciones o en circunstancias particularmente importantes. Por ejemplo, es enviado todos los años un mensaje por ocasión de la Fiesta Nacional de cada país, o por ocasión de grandes aniversarios o de eventos dolorosos para la comunidad nacional».
Gaudium Press / Anna Artymiak
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