Roma (Viernes, 16-12-2011, Gaudium Press) Muy interesante es la reseña publicada por Marco Tosatti en Vatican Insider, acerca del estudio de cinco años realizado por ENEA sobre el Santo Sudario de Turín y que ahora arroja sus resultados. El ENEA (Agencia Nacional para las Nuevas Tecnologías, la Energía y el Desarrollo Económico Sostenible), es una agencia de investigación del gobierno italiano que busca mejorar la competitividad y capacidades del país en campos tecnológicos.
5 fueron los científicos de esta agencia implicados en la investigación: Di Lazzaro, Murra, Santoni, Nichelatti e Baldacchini. Ellos tuvieron como problema de trabajo «la coloración similar a la que presenta la Sábana Santa de tejidos de lino por medio de radiación de ultravioleta lejano», es decir, en términos legos, se trataba de comprender cómo la imagen del lino de la Sábana Santa de Turín había quedado estampada. Los investigadores deseaban «conocer los procesos físicos y químicos que pueden generar una coloración similar a la de la imagen de la Sábana Santa».
Dice el informe de los científicos que «la doble imagen (frontal y dorsal) de un hombre flagelado y crucificado, que aparece a duras penas en el paño de lino de la Sábana de Turín, presenta numerosas características físicas y químicas de tal manera peculiares que actualmente hacen imposible obtener en el laboratorio una coloración idéntica en todos sus componentes, como indica el debate abierto con numerosos artículos, enumerados en las referencias». Si hoy, con todos los adelantos científicos es imposible, muchísimo más para cualquier «falsificador medieval».
En 1978, los científicos americanos del Shroud of Turin Reasearch Project – STURP (Proyecto de Investigación del Sudario de Turín) ya habían llegado a la conclusión de que la imagen corpórea no está pintada, ni estampada, ni había sido obtenida mediante calentamiento.
En 1988, equipos de investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, la Universidad de Oxford y la Universidad de Arizona establecieron que la Sábana Santa databa de la Edad Media, entre 1260 y 1390, según análisis por medio de la prueba del Carbono 14, realizados sobre pequeños fragmentos del sudario. Esos resultados han sido fuertemente cuestionados, por la poca fiabilidad de la prueba empleada, por la alta posibilidad de contaminación del material usado en la experimentación, y por las múltiples investigaciones interdisciplinarias que datan el sudario de la época de Cristo.
«En este sentido -continúan los científicos italianos- el origen de la imagen del Santo Sudario sigue siendo desconocido. Este parece ser el núcleo del llamado ‘misterio de la Sábana Santa’: dejando a un lado su edad, ya sea medieval (1260-1390) como resulta de la controvertida datación con el radiocarbono, o más antigua como resulta de otros estudios, y también dejando a un lado la verdadera importancia de los controvertidos documentos históricos sobre la existencia del Santo Sudario con precedencia al 1260, la pregunta más importante, la «pregunta de las preguntas» sigue siendo la misma: ¿Cómo se ha formado la imagen corpórea en el Santo Sudario?»
Es imposible formar la imagen usando métodos químicos de contacto
Según los investigadores italianos, el sudario puede haber sido colocado de dos modos: Apoyado sobre el cuerpo y bajo el cuerpo pero no completamente en contacto con la totalidad del cuerpo, o bien ceñido al cuerpo y atado para que estuviera en contacto con casi toda la superficie corpórea.
«La primera forma adquiere valor por el hecho de que existe una relación precisa entre intensidad (esfumado) de la imagen y la distancia entre cuerpo y tela. Además, la imagen está presente también en las zonas del cuerpo que no estaban en contacto con la tela, por ejemplo, justo encima de las manos, alrededor de la punta de la nariz. La segunda modalidad es menos probable porque faltan las deformaciones geométricas típicas de un cuerpo en tres dimensiones en contacto con una sábana bidimensional. Además, falta la huella lateral del cuerpo. Como consecuencia podemos deducir que la imagen no se ha formado por el contacto del lino con el cuerpo».
Precisamente, esta observación de «unidad en la extrema superficialidad de la coloración y la ausencia de pigmentos», » hace extremadamente improbable obtener una imagen como la de la Sábana Santa usando métodos químicos de contacto, tanto en un laboratorio moderno, como a mayor razón por parte de un hipotético falsificador medieval».
La imagen se formó después de que el cuerpo estaba muerto, pero antes de su putrefacción
Las investigaciones italianas también llevan a conclusiones que coinciden lo enseñado por la historia sagrada con relación a la muerte y resurrección de Cristo. Bajo las manchas de sangre presentes en el sudario no hay ninguna imagen, por lo cual se concluye que los restos se sangre se depositaron antes que la imagen. Por lo tanto, la imagen se depositó después de que el cadáver fuera depuesto.
Igualmente «faltan señales que indiquen putrefacción en las partes correspondientes a los orificios, que se manifiestan en torno a las cuarenta horas de la muerte. Como consecuencia, la imagen no depende de los gases de la putrefacción y el cadáver no permaneció en el sudario más de dos días».
Nuevamente la pregunta: ¿Cómo se formó la Imagen?
Los científicos refieren los intentos de reproducir la imagen por medio de radiación, con láser CO2. Con este método se logró reproducir una imagen en un tejido de lino de características similares a nivel microscópico. Sin embargo, el análisis microscópico puso en evidencia una coloración demasiado profunda y muchos hilos de lino carbonizados, características incompatibles con la imagen del Sudario.
Más cerca de un buen resultado estuvieron los intentos de los científicos del ENEA de usar «un breve e intenso destello de radiaciones UV direccional» para «colorar un tejido en modo de reproducir muchas de las peculiares características de la imagen del cuerpo de la Sábana Santa de Turín, incluidas la tonalidad de color, la coloración superficial de las fibrillas más externas de la trama de lino, la usencia de fluorescencia».
Sin embargo, advierten los científicos del ENEA, «hay que subrayar que la potencia total de la radiación UV necesaria para colorar de manera instantánea la superficie de un lino que corresponda a un cuerpo humano de estatura media, equivale a 2000 MW/cm2 es decir, 34.000 miles de millones de vatios para 17000 cm2, lo cual hace que hoy sea prácticamente irrealizable la reproducción de la totalidad de la imagen del sudario usando un sólo láser excimer, ya que esta potencia no puede ser creada por ninguna otra fuente de luz UV construida hasta hoy (las más potentes que se pueden encontrar en el mercado llegan a algunos miles de millones de Watt)».
Entretanto, «la imagen de la Sábana Santa presenta algunas características que no hemos conseguido todavía reproducir -admiten- por ejemplo el difuminado de la imagen debido a una diversa concentración de fibrillas en color amarillo que se alternan con fibras sin color».
Es decir, todo está por resolver desde el campo de la ciencia: «No nos encontramos en el momento de la conclusión, estamos componiendo las piezas de un puzzle científico fascinante y complicado».
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