Redacción (Martes, 20-12-2011, Gaudium Press) El Arzobispado de París anunció la creación de la primera capilla pública dedicada a los recientemente beatificados, por decisión del Papa Benedicto XVI, padres de Santa Teresita, Louis y Zélie Martin. La elección del lugar, la conocida Iglesia de Notre Dame des Victoires fue determinada en vista de la devoción que le tenían los bienaventurados.
A mediados de enero próximo, Mons. Jérôme Beau, Obispo auxiliar de París bendecirá el sitio donde serán las obras, dando inicio oficial a la instalación de la capilla.
La misma Santa Teresita estuvo en la Basílica donde será instalada la capilla en honor a sus padres, en 1887, de paso por París, rumbo a Roma. |
La misma Santa Teresita estuvo en la Basílica donde será instalada la capilla en honor a sus padres, en 1887, de paso por París, rumbo a Roma.
Después de la beatificación de Louis y Zélie Martin, en octubre del 2008, el rector de los Santuarios de Lisieux obsequió a la Basílica un relicario insigne de los nuevos bienaventurados, copia de lo que fue entregado a Benedicto XVI, y que será depositado en la nueva «Capilla de los Bienaventurados Louis y Zélie Martin».
En la capilla, junto a los cuadros de los Bienaventurados y de Santa Teresita del Niño Jesús será incluida la sentencia de la Sagrada Escritura «Por los frutos conoceréis el árbol», alusión al árbol de la cruz, pero también al «árbol» familiar constituido por la pareja Louis y Zélie Martins, que tuvieron como fruto su hija Santa Teresita.
La relación de Zélie Martin con la Basílica de Notre Dame des Victoires parece haberse dado por su afiliación a la iglesia de Saint Léonard, en la ciudad de su origen, Alençon, y por su devoción especial en esta época a «María, refugio de los pecadores».
En cuanto al Bienaventurado Louis Martin, todo lleva a creer que su devoción al Santuario de Notre Dame des Victoires se dio durante sus estudios de relojería en París, en 1848. Una alusión al hecho se encuentra en su correspondencia y, sobre todo, en las Memorias autobiográficas de Santa Teresita.
Inicialmente, al relatar su enfermedad y cura, al final de la novena encomendada por su padre en Notre-Dame des Victoires, y, posteriormente cuando narra el inicio de su viaje a Roma.
Con información del Arzobispado de París / Basílica de Notre Dame des Victoires)
Gaudium Press / Guy de Ridder
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