Seúl (Martes, 20-12-2011, Gaudium Press) Las luces navideñas y los árboles de Navidad construidos por Corea del Sur en las áreas de frontera con el Norte son «una provocación», «forman parte de una guerra psicológica» y podrán desencadenar un «mar de fuego» contra los surcoreanos.
Árbol de Navidad en la Plaza de San Pedro |
Con estas afirmaciones y amenazas, Corea del Norte criticó las luces y decoraciones de Navidad que los surcoreanos colocaron en lo alto de las colinas de Aegibong en la provincia de Gyeonggi.
El revivir de esta tradición navideña, interrumpida desde 2004, incomodó a los gobernantes de Pyongyang que amenazan reaccionar a esta «guerra psicológica» que trae consigo un nuevo intento de «hacer propaganda del cristianismo».
La Navidad es una fiesta prohibida y reprimida en el Norte por los dirigentes comunistas que están atrás de la «cortina de bambú». Los norcoreanos no podrán, de ningún modo, celebrar el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.
Las autoridades del Norte temen la influencia cultural y religiosa del Sur sobre la población local y, por eso, Pyongyang critica fuertemente las luces de Navidad y afirma, a través del site gubernamental Uriminjokkiri, que «si esa iniciativa lleva a resultados imprevisibles, todas las responsabilidades recaerán sobre el Sur».
Además de los árboles adornados en Aegibong, los surcoreanos pretenden montar decoraciones semejantes en dos localidades más próximas a la frontera y fácilmente visibles del otro lado de ella.
Dos grandes árboles de Navidad deberán ser levantados y decorados el día de Navidad y deberán permanecer montados hasta los primeros días de enero.
Gaudium Press / João Sergio Guimaraes
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