Menú 
Ciudad del Vaticano (Viernes, 23-12-2011, Gaudium Press) Cientificismo, secularismo, racionalismo son las «tres tendencias que tienen una raíz común en la crisis de fe. ¿Quién sabe si la fe cristiana -se preguntó- no debería volver a Europa desde los países que una vez ella evangelizaba, pero esta vez no desde el norte, como tras las invasiones bárbaras, sino desde el Sur. En su discurso de ayer a la Curia, el Santo Padre nos hablaba de la fe encontrada en África, tanto más vibrante y animada de lo que se encuentra ahora en occidente». El padre Cantalamessa continuó con los pensamientos expresados por el Santo Padre a la Curia Romana ayer. Esta mañana el Predicador de la Casa Pontificia, en la capilla «Redemptoris Mater» del Vaticano, realizó la cuarta y última predicación de Adviento.
 |
| El P. Cantalamessa continuó con los pensamientos expresados ayer por el Papa a la Curia romana |
En el centro de esta última prédica, estuvo el protagonismo de los laicos en la evangelización del mundo secularizado occidental. El punto de partida en el «re-evangelizar el mundo descristianizado» debe ser «ayudar a este hombre a establecer una relación con Jesús» y «hablarle de Jesús» para despertar la sed de Dios en sus corazones.
«¿De dónde partir?» -se preguntó el Predicador. «La inmensa riqueza de la doctrina y las instituciones puede llegar a ser una desventaja si buscamos presentarnos con ella al hombre que ha perdido todo contacto con la Iglesia y ya no sabe quién es Jesús. (…) Tenemos que ayudar a este hombre a establecer una relación con Jesús».
La respuesta al Señor requiere que crezca «la comunidad de los creyentes» que «escucharán la enseñanza de los apóstoles y participarán en la fracción del pan», y que sean fieles a la doctrina. «Tenemos un aliado en este esfuerzo: el fracaso de todos los intentos del mundo secularizado para reemplazar el anuncio del ‘kerygma’ cristiano con otros ‘gritos’ y otros ‘manifiestos’ «, observó el padre capuchino.
Los protagonistas de la evangelización en el mundo descristianizado y secularizado, son los laicos. Al igual que Urano, comparó el predicador del Papa, «los laicos son una especie de energía nuclear de la Iglesia en el plano espiritual. Un laico que llegó al Evangelio, viviendo al lado de otros, puede ‘contagiar’ a otros dos, estos a otros cuatro, y como los cristianos laicos no son sólo algunas decenas de miles como el clero, sino cientos de millones de personas, ellos realmente pueden desempeñar un papel decisivo en el extender por todo el mundo la luz benéfica del evangelio. Lo que hace que mayor el mérito de la evangelización de los laicos es que se realiza de forma gratuita, a menudo aportando fondos de sus propios bolsillos».
Además, prosiguió el padre Cantalamessa, los laicos no son sólo los simples colaboradores de la jerarquía, sino «portadores de carismas». «Jesús -dijo- quería que sus apóstoles fueran pastores de ovejas y pescadores de hombres. Para nosotros, del clero, es más fácil ser pastores que pescadores: es decir, alimentar con la palabra y los sacramentos a los que vienen a la iglesia, que ir a la búsqueda de los lejanos, en los diferentes ambientes de la vida. La parábola de la oveja perdida es hoy al revés: noventa y nueve ovejas se alejaron y una se mantuvo en el redil. El peligro es que nos pasamos todo el tiempo en alimentar a la única que permaneció y no tenemos tiempo, incluso por la falta de clero, para ir en busca de las perdidas».
Deje su Comentario