sábado, 23 de noviembre de 2024
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"Dios pura bondad", afirma el Papa Benedicto XVI durante la Misa de Gallo

Ciudad del Vaticano (Lunes, 26-12-2011, Gaudium Press) El Papa Benedicto XVI presidió en la noche del pasado sábado, 24 de diciembre, en la Basílica de San Pedro, la tradicional misa de la Noche de Navidad, también llamada Misa del Gallo. En su homilía, el Pontífice disertó entre otros asuntos respecto al mensaje de paz y de bondad traído por Dios, que se hizo pequeño como un niño.

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Benedicto XVI pidió que continuemos rezando con fuerza para que «Dios venza en este mundo»

Al inicio de su homilía, el Santo Padre afirma que a la pregunta «¿Quién es Él verdaderamente?» debe seguir la respuesta «Dios es pura bondad». Según Benedicto XVI, esta es la verdadera respuesta a la pregunta que inquieta el corazón del hombre en el pasado o en los días actuales, sobre todo para quien no consigue más «reconocer a Dios en la fe». Continuando su argumentación, el Pontífice asevera que la bondad de Dios es «la consoladora certeza que nos es dada en Navidad.

«Dios se manifestó… como niño. Es precisamente así que Él se contrapone a toda la violencia y trae un mensaje de paz», afirma el Santo Padre, explicando que en este tiempo «en que no cesan de reaparecer bastones del opresor y vestimentas manchadas de sangre, clamamos al Señor: Vos, oh Dios fuerte, os manifestasteis como niño y os mostrasteis a nosotros como Aquel que nos ama y por medio de quien el amor ha de triunfar».

El Pontífice constata que «la violencia perdura en el mundo», y pide que continuemos rezando con fuerza para que «Dios venza en este mundo», ya que Dios, según el Santo Padre, nos hizo comprender que unidos con Él «debemos ser artífices de la paz». Benedicto XVI pide también para que en la Navidad, «redescubramos el centro de la liturgia mediante la humanidad de Jesús».

Conforme Benedicto XVI, la humanidad de Jesús revela el gran misterio de la fe. «En este ser niño, se le tornó clara la humildad de Dios. Dios se tornó pobre. Su Hijo nació en la pobreza del establo. En el niño Jesús, Dios se hizo dependiente, necesitado del amor de personas humanas, reducido a la condición de pedir el suyo, nuestro, amor», explica, afirmando que es por eso que es preciso vivir la Navidad de modo humilde y simple.

«Hoy, la Navidad se tornó una fiesta de los negocios, cuyo fulgor deslumbrante esconde el misterio de la humildad de Dios, que nos invita a la humildad y la simplicidad. Pidamos al Señor que nos ayude a alargar la mirada más allá de las fachadas intermitentes de este tiempo a fin de poder encontrar al niño en el establo de Belén y, así, descubrimos la auténtica alegría y la verdadera luz», concluye el Pontífice.

Como ya ocurrió en los últimos años, la ceremonia religiosa fue realizada a las 22:00 horas, horario local, y no a la medianoche, como hacía parte de la tradición.

Con información de Radio Vaticana.

 

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