Arzobispo de Santiago de Chile exhortó a los fieles a "Volver el corazón hacia el Señor de la Vida" en su Mensaje de Navidad

Santiago (Lunes, 26-12-2011, Gaudium Press) «Hoy es Navidad. El Hijo de Dios ha venido a caminar con nosotros, en el corazón de nuestra historia. En esta fiesta tan significativa para quienes seguimos a Jesucristo, deseo llegar al hogar de cada uno de Ustedes y desearles la sobreabundante bendición que brota del corazón de Dios».

Mons. Ezzati se dirigió especialmente a los niños y a los jóvenes

Con estas palabras el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, encabezó su Mensaje de Navidad dirigido a todas las familias y fieles del Arzobispado de Santiago. Bajo el título «Volver el corazón hacia el Señor de la Vida», el pastor señaló que «Navidad quiere decir, alégrate, llénate de esperanza, para ti brilla una gran luz, luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo, luz de misericordia y de benevolencia, luz de vida y de esperanza, luz que no conocerá la oscuridad de la noche, la luz que es Cristo el Señor, nacido en Belén».

En su misiva, el obispo invitó a los niños a acercarse al pesebre para contemplar a la Sagrada Familia, y ante ella, rezar por sus propias familias. «Jesús, queridos niños, los invita a ser como Él, a crecer en edad, en sabiduría y en gracia delante de Dios y de los hombres. En el pesebre verán también a María, la Madre de Jesús y a San José su custodio. Contemplándolos podrán pedir por sus padres, por su hogar para que sea un nido de amor y un santuario de la vida. ¡Cuanto gozo en los rostros de María y José, cuanto amor en su corazón! Es el gozo y el amor que Ustedes necesitan para crecer», expresó.

Un saludo especial a los jóvenes

De igual modo y en el contexto de la ‘Misión Joven 2012’, monseñor Ezzati saludó de manera muy especial a los jóvenes y los animó a concretar con energía ese «ardiente deseo de encontrar el rostro del Dios vivo, de contemplarlo y de darlo a conocer a sus coetáneos».

«Acérquense a Él con la fe sencilla y generosa de los pastores y con la inteligente sabiduría de los sabios de Oriente: en la sencillez del Niño de Belén encontrarán el rostro de Dios, el don más grande al que pueden aspirar y que da sentido a todos sus anhelos de libertad, de amor, de fiesta, de verdad y solidaridad», les dijo.

Finalmente, se dirigió a los trabajadores y a todos quienes «con su esfuerzo diario buscan acopiar lo necesario para la vida de la familia». Para ellos el llamado del prelado también fue acercarse a «la cuna de Jesús: es el ‘Hijo de Dios’, hecho ‘hijo del carpintero’, que trabajando con sus manos, se ha hecho solidario con cada obrero, con sus fatigas, su cansancio y sus esperanzas».

«Para todos, la invitación de volver el corazón hacia el Señor de la Vida: la buena noticia de su nacimiento en Belén, nos renueve el alma para vivir en la fe, en la esperanza y en el amor. Les deseo una Feliz Navidad y un nuevo año 2012, bendecido por el amor del Padre Dios», concluyó.

Gaudium Press / Igor Roco