Ciudad del Vaticano (Lunes, 26-12-2011, Gaudium Press) Durante las celebraciones navideñas, en puntos diferentes de Nigeria, volvió a correr la sangre de cristianos inocentes. Fueron realizados varios ataques con bomba, contra iglesias católicas durante las celebraciones religiosas de la Santa Navidad.
En total 40 personas murieron y un gran número de fieles quedó herido mientras rezaban este domingo en sus parroquias. Los atentados ocurrieron con pocas horas de diferencia uno del otro.
Así quedó la iglesia de Santa Teresa, en Madalla |
La secta islámica Boko Haram –movimiento cuyo nombre significa »educación occidental está prohibida» y que promueve la creación de un Estado islámico en Nigeria– asumió la autoría del atentado contra la Iglesia de Santa Teresa en Madalla, cerca de la capital, Abuja, que mató a 35 personas.
Hubo además otras tres explosiones, una de ellas en la ciudad de Jos, en el centro de Nigeria, en la cual murió un policía, y otro atentado en Damaturu, donde cuatro personas perdieron la vida.
«Somos responsables por todos los ataques de los últimos días, inclusive por la bomba en la iglesia de Madalla», reivindicó un portavoz de la Boko Haram, Abul Qaqa, advirtiendo también: «Continuaremos lanzando ataques como estos en el norte del país en los próximos días».
Reacción de la Santa Sede
«El atentado contra la iglesia en Nigeria, precisamente en el día de Navidad, manifiesta, infelizmente, una vez más un odio ciego y absurdo que no tiene ningún respeto por la vida humana», fue lo que dijo el Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi. Según afirma él en sus declaraciones, el atentado contra la iglesia católica en Madalla «busca suscitar y alimentar aún más el odio y la confusión».
Nigeria es el sexto país del mundo en número de cristianos y el aumento de las tensiones interreligiosas en el país preocupa al Vaticano.
Durante el viaje de Benedicto XVI a Benín, el pasado mes de noviembre, el Papa ya había insistido en la necesidad de un relacionamiento pacífico entre musulmanes y cristianos.
Padre Lombardi concluye su nota afirmando: «Estamos próximos del sufrimiento de la Iglesia nigeriana y de todo el pueblo tan afectado por la violencia terrorista, incluso en estos días que deberían ser de alegría y paz».
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