Lima (Martes, 03-01-2011, Gaudium Press) Diversos fueron los votos y aspiraciones manifestados por el Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, en la misa que presidió en la Basílica Catedral de la capital peruana, el pasado domingo, en la solemnidad de Santa María Madre de Dios.
El purpurado recordó en la homilía el sublime modelo de la familia de Nazaret, cuya fiesta había sido celebrada el viernes anterior.
Foto: Arzobispado de Lima |
«Al empezar el año pedimos para nuestro Perú un ambiente de paz y unidad, para entendernos y vivir como la familia de Nazaret. Vivamos todos unidos en el sacrificio, trabajo y esfuerzo», exhortó el Cardenal. «Que todos tengamos un feliz año 2012 unidos y alegres con la familia en el centro y con la fe iluminando a todos los rincones de nuestra patria».
Igualmente, el purpurado invitó a que la fe cristiana estuviese presente y visible, a todo momento, en la vida de los fieles, sea cual sea su función en la sociedad. «Dios no es un invitado en la política o en el desarrollo, Dios es el centro. Él es el que quiere iluminar los caminos de paz, progreso y desarrollo. La fe no es un sombrero que se quita y se pone; la fe se vive todos los días y en todos los momentos del día. Por eso la Iglesia abre sus brazos con cariño y afecto, buscando la justicia y la verdad», prosiguió.
«Que nuestra Madre Santa María nos enseñe a mirar la realidad de mi vida y a comprender lo que ocurre en mi familia y en el país con los ojos de fe. Esto es lo que pido para toda la arquidiócesis y para todo el Perú, confianza porque soy Hijo de Dios y Él no nos abandona nunca», continuó el purpurado.
Mensaje a los jóvenes
Finalmente, el Cardenal Cipriani invitó a los jóvenes a apreciar el valor positivo de la vida y la familia.
«Muchos jóvenes tienen el deseo de mirar con esperanza el futuro. Démosle una formación que los prepare para afrontar la realidad. Muchas veces nos hemos acostumbrado a vivir una realidad que no es honesta. La juventud debe saber que trabajar cuesta, que portase bien supone un esfuerzo, que formarse bien y estudiar requiere de un sacrificio. No todo es fácil y cómodo», culminó.
Concelebraron con el Cardenal Cipriani los obispos auxiliares de Lima, Monseñores Adriano Tomasi y Raúl Chau.
Participó de la Misa el Ministro de la Producción José Urquizo; así como religiosas, religiosos, y un numeroso grupo de jóvenes que participa de una convivencia organizada por el programa de promoción vocacional de la arquidiócesis de Lima.
Con información de la Oficina de Comunicaciones del Arzobispado de Lima
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