Santiago (Miércoles, 04-01-2011, Gaudium Press) Ante la presencia de más mil personas, el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, dio inicio este lunes 2 a los cursos y talleres de las Escuelas de Verano 2012, que organizan las vicarías zonales, ambientales y otros organismos de Iglesia y que están dirigidos a todos los fieles de la arquidiócesis, tanto jóvenes como adultos.
El acto inaugural se desarrolló en el Instituto Miguel León Prado, sede de la Escuela de Verano que coordina la Vicaría Sur, y en la ocasión el obispo saludó y felicitó a los presentes por su interés en participar de este proceso formativo y de encarnar el deseo de ser verdaderos discípulos y misioneros de Jesucristo.
Mons. Ezzati saluda a algunos de los participantes de las Escuelas de Verano |
Tras el saludo inicial, monseñor Ezzati dictó una conferencia sobre el Concilio Vaticano II, los cambios que introdujo en la Iglesia y sus alcances en nuestro tiempo, todo ello en el marco del 50ª aniversario del inicio del Concilio en 1962 que se celebra este año.
Sobre la necesidad y fundamento del Concilio, el prelado señaló que para esa época «habían cambiado los tiempos y frente a esos nuevos tiempos la Iglesia debía dar una nueva respuesta a la situación de la evangelización, tenía que plantearse frente a su realidad y a su misión, tenía que contemplar el mundo y preparar los caminos para realizar la evangelización de este mundo».
Para el obispo, el Vaticano II resaltó la idea de Pueblo de Dios «al cual pertenecen con la misma dignidad todos los miembros de la Iglesia». «Es el Bautismo el fundamento que nos hace a todos de la misma dignidad Pueblo de Dios», agregó.
Otro elemento importante a juicio del pastor fue que el Concilio sostuvo que la Iglesia es Santa, porque tiene por cabeza a Jesucristo y su alma es el Espíritu Santo, lo anterior sin perjuicio de los pecados que ella pueda cometer, ya que está integrada por hombres y mujeres imperfectos. «Somos limitados y pecadores», dijo. También expresó que en la Iglesia surgen diversas vocaciones que están destinadas «para el bien de los demás».
Iglesia que se pone en camino hacia el cielo
Más adelante, monseñor Ezzati explicó el que Concilio Vaticano II afirma que «la Iglesia no termina aquí en la tierra, sino que está llamada a ponerse en camino hacia el cielo, para vivir en comunión también con aquellos hermanos y hermanas que ya han llegado a la patria definitiva, la Jerusalén celestial».
Iglesia al servicio de la persona humana
Para finalizar, el arzobispo expresó que a partir del Concilio la Iglesia no se concibe como un don para sí misma, sino que «la Iglesia existe para servir, su vocación es ponerse toda entera ella al servicio de las personas humanas, para que el proyecto de Dios, que es de vida abundante, llegue a todos». La Iglesia post conciliar se pone al servicio del mundo, «dialoga con el mundo, le ofrece al mundo lo que Jesús nos ha regalado, lo más grande, su propia vida, su propia palabra, su propia santidad».
Al término de su intervención, monseñor Ezzati dejó a los presentes dos tareas: conocer los documentos del Concilio Vaticano II y llevarlos a la práctica.
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