Arquidiócesis de Río celebra el domingo de Pascua con misa solemne y almuerzo para población de la calle

Río de Janeiro (Lunes, 13-04-2009, Gaudium Press) La celebración del Domingo de Pascua en la Arquidiócesis de Río de Janeiro comenzó a las 8h, con la misa presidida por el arzobispo emérito Mons. Eusebio Oscar Scheid en el programa «La Santa Misa», transmitido por la TV Brasil. Durante la homilía, el administrador apostólico citó el famoso poema de Carlos Drummond de Andrade, «En el Medio del Camino», al referirse a la piedra que los soldados romanos colocaron para obstruir el paso del Santo Sepulcro. «Hay muchas piedras que nos impiden llegar hasta Jesús», alertó. «Esa piedra puede ser el marido, la mujer o, quien sabe, hasta la televisión».

De los estudios de la TV Brasil, Mons. Eusebio siguió para la Catedral de San Sebastián de Río de Janeiro, donde celebró su última misa como administrador apostólico. Durante la misa solemne de la Resurrección del Señor, agradeció a la arquidiócesis por la acogida en los últimos ocho años de pastoreo. «Conocí mucha gente buena aquí. El carioca es un pueblo muy parecido con el catarinense. Ambos son alegres y espontáneos», afirmó, demostrando especial aprecio a los «620 padres, 131 seminaristas y 106 diáconos» que componen el clero de Río de Janeiro. «Agradezco a todos ustedes que me animaron, con alegría y ardor, a ser arzobispo de Río de Janeiro», agradeció.

Al término de la celebración, Mons. Eusebio recordó que, el próximo día 19, participa de la ceremonia de cambio de báculo con el arzobispo electo, Mons. Orani João Tempesta. El báculo es el cajado usado por los pastores para conducir el rebaño.

En el sentido religioso, báculo simboliza el papel de pastores del rebaño divino y apenas prelados con carácter episcopal, como arzobispos y cardenales, pueden usarlo. «En el día siguiente a la pose de Mons. Orani, ya estaré camino a San José dos Campos, donde llegué a obispo de la diócesis. Allá, me voy a dedicar más a escribir mis artículos y a reflexionar sobre la vida eterna», dijo, bien-humorado. Luego después de la celebración, la arquidiócesis de Río de Janeiro ofreció un almuerzo para la población de la calle.