Ciudad del Vaticano (Lunes, 30-01-2012, Gaudium Press) El empeño individual y de las realidades eclesiales y de voluntariado «no eximen ciertamente a los gobiernos y los organismos internacionales de aumentar la atención y el trabajo contra la difusión de la lepra ni de sus responsabilidades en lo que dice respecto a la prevención, en términos educativos e higiénico-sanitarios, y la «readmisión» de la persona curada, además del apoyo a todas las víctimas de la infección», fue la aguda observación de Mons. Zygmunt Zimowski, presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral en el Campo de la Salud, en el Mensaje anual para el Día Mundial de los Enfermos de Lepra, titulado «En la lucha al Mal de Hansen sirve el empeño de todos», cuya 59ª edición fue celebrada el domingo.
Mons. Zimowski invitó a los curados de lepra a dar un testimonio «material» de sí mismos |
Asimismo la lepra fue asunto del propio Papa en su Mensaje para el próximo Día Mundial del Enfermo, que ocurrirá el día 11 de febrero sobre el tema «¡Levántate y anda, tu fe te ha salvado!», las palabras de Jesús en la cura de los 10 leprosos contada en el Evangelio de San Lucas.
En el tradicional Mensaje el arzobispo presidente afirmó el empeño en la cura y la prevención de la enfermedad, y la soledad de la Iglesia católica en el desarrollo de estas labores. Mons. Zimowski recuerda las palabras del Santo Padre, en el sentido de que el amor de Jesús por los leprosos «no lo abandona nunca, y que también el amor de la Iglesia, prolongamiento en el tiempo de su obra salvífica, no falla nunca». Por el contrario, la atención y el trabajo de los gobiernos y de los organismos internacionales con relación a este mal no parece tener un desarrollo apropiado.
Mons. Zimowski invita y desafía a las personas curadas a dar testimonio «material» de sí mismos, de la posibilidad de ser curado y de la reinserción social y en el trabajo. Al final del Mensaje el arzobispo hace votos de que haya «el empeño de todos y a todos los niveles para permitir que la lepra se transforme de amenaza y flagelo en memoria, aunque asustadora, del pasado».
Gaudium Press / Bruno D’Angelo
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