Villa Cura Brochero (Lunes, 30-01-2012, Gaudium Press) En la misa de clausura de la Semana Brocheriana 2012, el obispo de Cruz del Eje en Argentina, monseñor Santiago Olivera, pidió a los fieles que aumentaran sus oraciones por la beatificación del Venerable Padre Brochero, quien «con la mula va llegando, llegando…», frase alusiva al modo misionero del santo cura que recorría toda la región de Traslasierra en su mula malacara.
En misa concelebrada por Mons. Olivera y por Mons. Carlos José Ñáñez, arzobispo de Córdoba, entre otros, el 26 de enero pasado se clausuró la semana dedicada al Venerable presbítero, eucaristía que fue celebrada en el Salón del Peregrino de Villa Cura Brochero.
Momentos previos a la misa y en el mismo Salón del Peregrino se realizó una celebración en la que se fueron contemplando el perfil del Cura Brochero a través del ingreso de los «signos brocherianos» (mate, rosario, cruz, pava, etc.) entre cantos y aclamaciones con un sentido profundo de fiesta y encuentro de muchos peregrinos argentinos que año tras año regresan a la Villa no solo para vacacionar sino también para una experiencia de fe en torno al santuario y la obra del cura gaucho.
En la homilía monseñor Ñáñez expresó que «venir a Brochero es venir a un santuario donde Dios nos habla en las obras, en el ministerio de este gran hombre que todavía perdura entre nosotros».
El Cura Brochero
Tres años después de su ordenación, en 1869, José Gabriel del Rosario Brochero partió de Córdoba, Argentina, a hacerse cargo del curato de San Alberto, actualmente conocido como el valle de Traslasierra.
El hermoso valle de Traslasierra, en el oeste cordobés, fue el escenario de las estupendas hazañas pastorales de este sacerdote. Su obra más trascendente, la Casa de Ejercicios Espirituales, convoca en Villa Cura Brochero, desde hace 130 años, tandas de ejercitantes de las más variadas condiciones sociales y muy diversos lugares de origen.
Brochero tenía el don de penetrar el pensamiento de sus feligreses, era un gran fisonomista, y un estilo muy pecular de hacer y decir. Así como el Cura de Ars santificó y se santificó desde su confesionario, Brochero lo hizo recorriendo miles de leguas en su mula malacara, breviario y rosario en mano, predicando, confesando, convirtiendo.
Con información de Aica
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