Ciudad del Vaticano (Viernes, 03-02-2012, Gaudium Press) La nieve, que parece muy natural para quien nació en Baviera, como el Papa o en las montañas de la «querida» Suiza como los guardias, llegó hoy a Roma y al Vaticano confirmando las previsiones y trayendo gran alegría y problemas para los romanos, turistas y peregrinos. La Plaza San Pedro y la gran Cúpula de la Basílica están cubiertas con la nieve que está cayendo hace más de una hora y no da señales de parar tan rápido.
Benedicto XVI observa la nieve que cae en la Plaza de San Pedro |
No sucede con frecuencia la nieve en la Ciudad Eterna, pero paraliza siempre a los italianos, no acostumbrados con su presencia. Una vez la nieve complicó también un regreso para casa de Juan Pablo II que, en vez de llegar al aeropuerto de Roma, tuvo que volver a casa en tren.
Una bella y fuerte nevada en San Pedro trajo probablemente recuerdos de su Baviera al Papa. Los guardias suizos que no están de servicio tomaron fotografías de recuerdo de aquellos que, incluso acostumbrados, tienen que estar de centinela debajo de la nieve que moja los uniformes.
La nieve, aunque de vez en cuando, ocurre. La última vez fue el 12 de febrero del 2010. Hasta Benedicto XVI fue a mirarla desde la ventana de su oficina. La belleza «blanca» no es compartida por los romanos, no acostumbrados a la nieve. En respuesta a las previsiones, el prefecto de Roma, Gianni Alemanno, cerró las escuelas hoy y mañana. De hecho, hace algunos días todas las previsiones dicen que nevará en los próximos cuatro días.
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