Washington (Lunes, 06-02-2012, Gaudium Press) Continúan en los EE.UU. las reacciones contra lo que se ha llamado el «mandato contraceptivo» del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por su sigla en inglés) de la administración Obama. Hasta el momento, más de 150 obispos americanos se han manifestado en contra del decreto del ente gubernativo, que obliga a organizaciones católicas a proporcionar cubrimiento de seguro de contracepción -algunos de cuyos fármacos tienen efectos abortivos- y esterilización, prácticas contrarias a la moral católica.
Mons. Bruskewitz, obispo de Lincoln |
«No podemos y no vamos a cumplir con esta orden federal injusta. No podemos y no vamos a aceptar esta afrenta flagrante a nuestra libertad religiosa «, dijo Mons. Kevin Rhoades de Fort Wayne-South Bend, estado de Indiana, en una declaración emitida el 2 de febrero que está siendo leída en todas las parroquias de la diócesis. Las implicaciones del mandato son «graves», agregó. Él impacta negativamente la Iglesia Católica y «golpea el derecho fundamental a la libertad religiosa».
En una declaración previa, el mismo Monseñor Rhoades había declarado que esa normativa del HHS no tiene precedentes en aquello de tratar de forzar a las instituciones religiosas, otras instituciones e individuos, en hacer cosas que los católicos consideran inmoral y pecaminoso.
En su misiva del 2 de febrero pasado Mons. Rhoades urgía a los católicos a una campaña de oración y a visitar el website de la Conferencia Episcopal Americana (www.usccb.org) para conocer acerca del decreto del HHS y para apoyar el proyecto de ley ‘Respect for Rights of Conscience Act’ (Ley por el Respeto de Derechos de Conciencia), que revertiría los efectos apuntados del mandato.
Por su parte, el Arzobispo de Filadelfia Mons. Charles Chaput, emitió una «alerta de acción» el pasado 1 de febrero sobre el mandato del HHS, en la que señalaba que «obispos y líderes laicos católicos en los Estados Unidos han dejado claro que no podemos cumplir con esta ley injusta, sin comprometer nuestras convicciones y socavar la identidad católica de muchos de nuestros ministerios de servicio». «Este no es solo un tema importante entre los muchos de los que nos preocupan. Esta reglamentación es diferente. Esta decisión interfiere con el derecho fundamental de los ciudadanos católicos a organizarse y trabajar por el bien común como católicos en la plaza pública».
«Como los mártires de otrora»
Los católicos pueden tener que sufrir por la integridad de sus instituciones, anunció Mons. Fabián Bruskewitz, obispo de Lincoln, Nebraska, en su respuesta al «mandato contraceptivo» de la administración Obama.
«No podemos y no cumpliremos con este decreto injusto -expresó Mons. Bruskewitz en un comunicado que también está siendo leído en todas las parroquias de su diócesis. Como los mártires de la antigüedad, debemos estar preparados para aceptar el sufrimiento, que podría incluir fuertes multas y prisión». Según el prelado la Iglesia «le ha pedido al Presidente Obama que rescinda esta ley, pero todas las solicitudes han encontrado una pared y han llegado a oídos sordos» en la administración. «Eso significa que todas escuelas católicas, hospitales, agencias de servicio-social y similares serán obligadas a participar en el mal», señaló Mons. Bruskewitz.
Las escuelas católicas en los EE.UU. enseñan a más de 300.000 estudiantes no católicos. La Iglesia cuenta en EE.UU. con más de 600 hospitales, y cuida de 1 de cada 6 pacientes en el país.
Comunicado en el Washington Post
Más de 400 líderes católicos conminaron al Congreso de los EE.UU y a la administración a proteger los derechos de consciencia en el cuidado de la saludo. En carta abierta aparecida tanto en el New York Times y el Washington Post el 21 de diciembre pasado, 150 de estos líderes afirmaban que lo que después se conoció como el «mandato contraceptivo» afectaría tanto la libertad religiosa como el acceso al cuidado de salud.
A continuación el texto de ese comunicado:
Nosotros, los abajo firmantes, apoyamos firmemente el acceso a un cuidado de salud afirmativo de la vida para todos, y la capacidad de los grupos seculares y religiosos y de personas para dar y recibir dicha atención.
Es por eso que hemos formulado objeciones a una norma emitida por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU. obligando a casi todos los planes privados de salud a cubrir los procedimientos de esterilización y los fármacos anticonceptivos, incluyendo fármacos que pueden causar un aborto temprano.
Como se ha dicho, la norma obligará a las organizaciones católicas que desempeñan un papel vital en la prestación de servicios de salud y otros servicios necesarios ya sea a violar su conciencia o a severamente restringir esos servicios.
Esto dañaría tanto la libertad religiosa como el acceso a la atención de la salud.
El mandato del HHS pone muchas organizaciones de cuño religioso y a individuos en una posición insostenible. Pero también perjudica a la sociedad en su conjunto, socavando una larga tradición estadounidense de respeto a la libertad religiosa y la libertad de conciencia. En una sociedad pluralista, nuestro sistema de salud debe respetar las convicciones religiosas y éticas de todos. Le pedimos al Congreso, a la Administración, y a nuestros conciudadanos a reconocer esta verdad y trabajar con nosotros para reformar la ley en consecuencia.
Con información del National Catholic Register
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