Guadalajara, México (Jueves, 09-02-2012, Gaudium Press) La ciudad de Guadalajara, en el mexicano estado de Jalisco, recibió el pasado 7 de Febrero a su nuevo Cardenal, Mons. Francisco Robles Ortega.
Los fieles de la ciudad no dejaron pasar la oportunidad de saludar a su nuevo Cardenal tanto en la Catedral de la ciudad como en el Estadio Tres de Marzo. De igual manera, aprovecharon para aplaudir y agradecer al Cardenal Juan Sandoval Iñiguez por los 18 años de servicio al frente de la arquidiócesis.
Cardenal Francisco Robles |
De acuerdo con lo reportado por el Semanario Desde La Fe, «por la mañana, el flamante arzobispo de Guadalajara se postró en el presbiterio de la Catedral tapatía, en promesa solemne de hacer guardar la comunión con el Santo Padre y velar por las necesidades espirituales de la porción del Pueblo de Dios que le fue confiada; allí también, recibió los votos de los miembros de su nueva feligresía de seguirlo fielmente.»
Posteriormente, los asistentes partieron al Estadio Tres de Marzo, donde el nuevo Arzobispo de Guadalajara celebraría su primera misa ante 25 mil feligreses. El Cardenal Robles fue acompañado por el ahora emérito Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, el nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, alrededor de 80 obispos de la nación azteca y más de 500 sacerdotes.
En su primera homilía, el Cardenal Robles señaló: «Cada uno en su campo podemos establecer nexos que contribuyan al bienestar de la misma y única sociedad».
El Semanario Desde la Fe señaló que el Cardenal adelantó que en el presente tramo de la historia de la Iglesia de Guadalajara se propiciará el diálogo con la cultura actual «de lo contrario, se caería en una arritmia cultural ajena al desarrollo de la sociedad» y llamó especialmente a trabajar compartidamente con aquellos que «fueron bautizados, pero no están cerca de su comunidad».
El cardenal Robles Ortega insistió en unir identidades como discípulos de Cristo «pues de ello depende la Misión». Animó a sacerdotes, religiosas y religiosos, consagrados, laicos, padres de familia, bautizados todos, para mejorar el mundo y la sociedad.
Y concluyó «Me ordené para servir a la Iglesia y el Papa Benedicto XVI dispuso que fuera en Guadalajara; vengo gustoso, puesto que es mi tierra». A lo que el pueblo asistente respondió con un ensordecedor aplauso.
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