Washington (Lunes, 13-02-2012, Gaudium Press) Poco después de la comunicación del presidente Obama, anunciando cambios en el ‘mandato contraceptivo’ (Decreto del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU. -HHS- que obliga a instituciones católicas a proporcionar cubrimiento de contracepción -algunos de cuyos fármacos tienen efectos abortivos – y esterilización a sus empleados), la Conferencia Episcopal de los EE. UU. emitió un comunicado el pasado 10 en el que se analiza en profundidad el tema.
«En primer lugar, él [presidente Obama] ha decidido mantener el mandato nacional del HHS de cobertura de seguro de esterilización y contracepción, incluyendo algunos abortivos. Esto es tanto sin apoyo en la ley y sigue siendo un problema moral grave. No podemos dejar de reiterar esto, aunque muchos se centren exclusivamente en la cuestión de la libertad religiosa», expresan los obispos.
Refiriéndose en concreto a los cambios anunciados por el Presidente americano, «los cuáles aún no son claros en los detalles», los obispos de los Estados Unidos expresan que «aún se obliga a que todas las compañías de seguros deben incluir la cobertura de servicios objetables en todas las políticas que se manifiestan por escrito. En este punto, parece que los empleadores religiosos auto-aseguradores, y las compañías de seguro religiosas, no están exentos de este mandato».
Propaganda de la Conferencia Episcopal Americana invitando a escribir al Congreso para reaccionar contra el ‘mandato contraceptivo’ |
Asimismo, aunque se afirma que empleadores religiosos y sin ánimo de lucro pueden declarar que no ofrecerán ese tipo de cubrimiento, y que el empleado y la empresa aseguradora pueden de forma separada acordar ese cubrimiento, «el empleado no tendría que pagar ningún monto adicional para obtener ese cubrimiento, y el cubrimiento sería provisto como una parte de la política del empleador, no como una cláusula adicional».
Ante lo anterior, los obispos Americanos observan la «ausencia de una clara protección para actores clave – para los empleadores religiosos auto-aseguradores; para los empleadores religiosos y seculares sin ánimo de lucro; para los empleadores seculares sin ánimo de lucro; para los aseguradores religiosos; y para individuos», lo cual es «inaceptable y debe ser corregido».
Igualmente, «en el caso en que el empleado y el asegurador acuerden agregar el cubrimiento objetable, ese cubrimiento es aún provisto como una parte del plan del empleador objetante, financiado de la misma forma que el resto del cubrimiento ofrecido por el empleador objetante. Esto, también, levanta serios problemas morales».
Entretanto, trascendiendo los detalles particulares, la Conferencia Episcopal de los EE. UU. apunta que la propuesta reciente del gobierno americano aún «envuelve una innecesaria intrusión del gobierno en la administración interna de instituciones religiosas», y se constituye en una coerción gubernamental a personas y grupos religiosos «a violar sus más profundas convicciones. En una nación dedicada a la libertad religiosa como principio primero y fundador, nosotros no debemos ser limitados a negociar dentro de estos parámetros. La única solución completa a este problema de libertad religiosa es para el HHS rescindir el mandato de estos servicios objetables».
Por ello, los obispos anuncian que continuarán «con no menos vigor, no menos sentido de urgencia» los esfuerzos para «corregir este problema a través de los otros dos poderes del Estado. Por ejemplo, renovamos nuestro llamamiento al Congreso a aprobar, y a la Administración a firmar, el proyecto de ley de Respeto de los Derechos de Conciencia. Y renovamos nuestro llamamiento a los fieles católicos, y a todos nuestros conciudadanos, a unirse en este esfuerzo por proteger la libertad religiosa y la libertad de conciencia para todos».
«Que el chico mayor compre la cerveza»
El prestigioso articulista de National Catholic Register, Matthew Warner, afirmó en columna reciente que hacer que las empresas aseguradoras cubran la contracepción y la esterilización de los empleados de instituciones religiosas, siendo estas empresas pagadas por las instituciones religiosas, es sugerir algo parecido a lo que hacen algunos chicos de escuela, que no pudiendo por su edad comprar cerveza, le piden a alumnos mayores que lo hagan por ellos.
«Ellos no han cambiado nada de sustancia en el mandato -afirma Warner-, sólo han ajustado algunos detalles técnicos para que ahora las instituciones católicas puedan técnicamente decir ‘no somos nosotros los que estamos proporcionando la contracepción – es la compañía de seguros’. No importa que usted es quien está pagando a la compañía de seguros … que basa sus tarifas en los gastos realizados dentro de su grupo de empleados».
Según el articulista, la reacción a este «juego» del gobierno, mostrará cuán comprometidos están los actores católicos con su fe.
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