Ciudad del Vaticano (Lunes, 20-02-2012, Gaudium Press) En la misa de acción de gracias por la creación de nuevos cardenales, que se celebró ayer en coincidencia con la fiesta de la Cátedra de San Pedro, el Santo Padre recordó la naturaleza y misión del ministerio del sucesor de Pedro y la naturaleza de la Iglesia Católica. La Iglesia es «como una ventana, el lugar donde Dios se encuentra con nuestro mundo», dijo el Papa.
El nuevo Cardenal alemán Rainer Woelki, saluda a su llegada a la misa hoy con el Papa |
La Iglesia es «una ventana» que «no existe para sí misma» y «no es el punto de llegada», sino «el lugar donde Dios viene al encuentro de nuestro mundo»: Esto ha dicho el Papa en una larga homilía pronunciada toda en italiano, dedicada al símbolo de la Cátedra de San Pedro, cuya fiesta se celebró ayer en el Vaticano. Después de la fiesta de Cristo Rey del Universo, es esa la fecha en que se realizan los consistorios.
La Basílica de San Pedro en la fiesta de la Cátedra de San Pedro tiene un esplendor diferente. Una gran cátedra-trono en bronce de Bernini está decorada con velas, y la figura de San Pedro, uno de los elementos más conocidos de la Basílica se vistió con paramentos [vestimentas] papales: una tiara, capa y estola. En este contexto, el Papa explicando la obra del famoso artista italiano, ha confirmado la verdadera naturaleza y misión de la Iglesia en el mundo. Ella es el lugar de llegada a Dios y el punto de partida de Dios para llevar su luz al mundo, sin la cual «se volvería inhabitable», expresó.
A los presentes nuevos purpurados, el Santo Padre recordó que son invitados a «ser pastores celosos, y atentos en el cuidado del rebaño de Cristo». Su servicio es llamado a basarse en «la certeza de la fe». Esta certeza que tiene como modelo la fe de Pedro, que se expresa en el símbolo de la «roca sagrada», el fundamento visible espiritual y pastoral para toda la Iglesia y que se apoya en los Padres de la Iglesia, que «representan la totalidad de la tradición» y «la riqueza de la expresión de la verdadera fe de la única Iglesia».
Fe y caridad en el misterio de la Iglesia
El ministerio petrino, ha subrayado el Santo Padre, de presidir en la fe, es «indisolublemente» unido a la caridad, al «amor en sentido eucarístico», es decir, al «atraer a los hombres en un abrazo eucarístico -el abrazo de Cristo- que supera todas las barreras y todas las separaciones» y que «crea la comunión de las múltiples diferencias», asegurando que «ella se mantenga fiel al criterio de la tradición de la fe».
El amor es el elemento sobre el que descansa la fe cuyas bases son: los sacramentos, la liturgia, la evangelización y la caridad, como también la autoridad. Porque la Iglesia «no se auto-regula, no se da a sí misma el propio orden, sino que lo recibe de la Palabra de Dios, que escucha en la fe y busca comprender y vivir». El Papa ha recordado la necesidad de la reciprocidad entre la fe y el amor. La fe debe ser «orientada» e «iluminada» por el amor. «Aquellos que creen en Jesucristo -continuó el Papa- y entran en el dinamismo del amor que en la eucaristía encuentra su fuente, descubren la verdadera alegría y, a su vez se vuelven capaces de vivir de acuerdo a la lógica del don».
De acuerdo con el nuevo rito de la creación de cardenales no hay entrega del anillo. La misa en la Basílica de San Pedro ha sido concelebrada por el Santo Padre y los 22 nuevos cardenales creados el sábado por la mañana. La fiesta de la Cátedra de San Pedro fue anticipada, debido a que normalmente se celebra el 22 de febrero que en estos días coincide con el Miércoles de Ceniza.
En el Ángelus, el Santo Padre habló de nuevo sobre la fiesta y la creación de nuevos cardenales. En español dijo a los peregrinos: «En la celebración de la Cátedra de San Pedro, invito a todos a ser fieles al mensaje de Cristo transmitido por los Apóstoles y a tener presentes en la plegaria a cuantos han recibido el ministerio de hacer llegar la luz del Evangelio a través de los tiempos en todos los rincones de la tierra.»
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