Madrid (Lunes, 20-02-2012, Gaudium Press) «Dejaos llevar por el Señor, y ofreceros como voluntarios al servicios de Aquel que no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida»; inspirados por estas palabras pronunciadas por el Papa Benedicto XVI durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), celebrada en Madrid en agosto del año pasado, la Arquidiócesis de Madrid, desde la Delegación de Infancia y Juventud, está promoviendo una experiencia juvenil misionera en Perú.
Por invitación de Mons. Juan Oliver Climent, Obispo de origen español, quien está a cargo del Vicariato Apostólico de Requena, en Perú, durante el mes de agosto del presente año jóvenes madrileños partirán de misión a la jurisdicción eclesial peruana situada en el Amazonas del país suramericano.
«La Jornada Mundial de la Juventud ha supuesto un gran impulso en nuestro seguimiento del Señor (…) El Papa nos invita a cimentar nuestra vida en las Palabras y Vida de Cristo (…) De esta invitación la Delegación de Infancia y Juventud propone a los jóvenes de nuestra diócesis una experiencia misionera para compartir nuestra Fe, nuestra experiencia y nuestra vida»; es la invitación que hace la Delegación de Juventud madrileña a los jóvenes de la capital española para que se sumen a esta experiencia misionera.
La convocatoria es para jóvenes mayores de 20 años que sientan el llamado «a hacer realidad el deseo de trabajar por el Señor y su Reino con los que más lo necesitan» -como dice la Delegación de Juventud, para quienes se realizarán varios encuentro preparatorios. El primero de ellos tendrá lugar el próximo sábado 25 de febrero en la sede de la Delegación Diocesana, situada en la Plaza San Juan de la Cruz en Madrid.
Vicariato Apostólico de Requena
Creado por el Papa Pío XII mediante la Bula «Cum petierit» en marzo de 1956, el Vicariato Apostólico de Requena, situado en la Amazonía peruana, tiene una extensión de 82.000 Km2, y reúne a dos de las provincias que conforman el Departamento peruano de Loreto: Requena y Ucayali.
Su población -aproximadamente 150 mil habitantes-, se encuentra en su mayoría diseminada en más de 300 poblados, que se dividen en comunidades nativas, campesinas, unidades agropecuarias y caseríos que se sitúan a orillas de los ríos Ucayali, Puinahua y Tapiche.
«La selva lleva en su seno semillas de vida y de futuro para el planeta y la humanidad. La selva es un bosque infinito y espeso, con ríos, lagunas, pantanos, animales, plantas y humanos llenos de misterio. Los habitantes de toda la selva son pocos. Sus viviendas son muy pobres, cabañas de madera y de palma con el piso a varios escalones del suelo. Las costumbres y los ritos son ancestrales. La caza y pesca son abundantes. Hay también mucha variedad de frutas. Pero las comidas y bebidas son muy pobres, desprovistas de proteínas porque el suelo está totalmente falto de nutrientes. La pobreza mineral del subsuelo es compensada por las abundantes crecientes dejando a su paso una capa de limo muy fértil. El clima es caluroso y húmedo. La temperatura media, de día y de noche, verano e invierno, es de 28º C. En verano hay muchas lluvias, le llaman ‘invierno’; y en invierno las lluvias son más escasas y denominan ‘verano'», dice Mons. Oliver sobre las condiciones de vida del Vicariato peruano.
Esta jurisdicción eclesial es principalmente misionera. Allí ofrecen su servicio pastoral y misionero los Hermanos Franciscanos Menores, los Hermanos de la Salle, religiosas Franciscanas, además de otras comunidades y laicos misioneros.
Con información de la Arquidiócesis de Madrid y del Vicariato Apostólico de Requena.
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