Roma (Jueves, 23-02-2012, Gaudium Press) «Algo nuevo está ocurriendo. Estoy convencido de que el Señor está preparando algo hermoso para su Iglesia». Con estas positivas palabras el Arzobispo Charles J. Brown dio la bienvenida a su nuevo cargo como Nuncio Apostólico en Irlanda. Resaltando como primera esperanza para la Iglesia católica en Dublín, él enfatizó el próximo Congreso Eucarístico Internacional, el cual tendrá lugar en la capital irlandesa del 10 al 17 de junio. Mons. Brown, arzobispo desde hace un mes, y antes colaborador de largos años del Card. Ratzinger, es hoy su «embajador» en Irlanda, con la delicada misión de ayudar a sanar las heridas producidas por los escándalos de abuso de algunos miembros del clero católico en el país. El pasado domingo 19, en la pro-Catedral de Santa María de Dublín, se llevó a cabo la recepción litúrgica al nuevo Nuncio, después de presentar las cartas credenciales del Papa al presidente de Irlanda, Michael D. Higgins, el jueves pasado.
Mons. Brown junto al Papa |
El arzobispo Charles J. Brown dejó su oficina en la Congregación para la Doctrina de la Fe a fines de enero pasado. Él es el tercer estadounidense en ser Nuncio Apostólico en Irlanda -después del Arzobispo Gerald O’Hara y el arzobispo Joseph McGeough- y uno de los raros representantes del Papa que no es diplomático de carrera. Pero en su caso fueron decisivos diversos aspectos para su elección, entre ellos su larga experiencia en la Congregación cuya misión es cuidar de aspectos disciplinarios del clero.
Al presentarse a sí mismo, el nuevo nuncio también destacó su larga colaboración con el hoy Papa, y también confirmó la decisiva contribución del Pontífice en la solución y la curación de la Iglesia tras los escándalos de abuso: «El Papa Benedicto -dijo- conoce bien que estos años recientes han sido difíciles para los creyentes católicos en Irlanda. Una vez más hablo desde mi propia experiencia cuando les digo que el Papa Benedicto se escandalizó y consternó cuando se enteró de la tragedia de los abusos perpetrados por algunos miembros del clero y de congregaciones religiosas. Él sintió profundamente las heridas de aquellos que habían sido afectados y que tan a menudo no habían sido escuchados. Desde el principio, el Papa Benedicto XVI fue resoluto y determinado a implementar los cambios que darían a la Iglesia la capacidad de tratar más eficazmente con los que abusaron de la confianza, así como a prestar la asistencia necesaria a los que habían sido víctimas. El Papa Benedicto XVI ha sido implacable y constante en este frente, y les aseguro que lo va a seguir siendo».
Haciendo referencia a la lectura bíblica de la fecha, el Nuncio afirmó que la propia Iglesia «no vive a causa de las oficinas, comités y estructuras (por importantes que ellos puedan ser). Ella vive por la presencia de Jesucristo – nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida. Y su presencia se experimenta de muchas formas, pero con mayor fuerza en su palabra y en sus sacramentos -. Sobre todo, en el sacramento de la Eucaristía».
La Eucaristía será el centro de atención de la Iglesia católica en Dublín en los próximos meses para el Congreso Eucarístico Internacional que se celebrará del 10 de junio al 17 de este año. «Tenemos que profundizar nuestra comprensión de esta realidad», dijo el Nuncio.
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