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Roma (Lunes, 27-02-2012, Gaudium Press) Su Santidad Benedicto XVI exhortó a la comunidad científica a tener en cuenta la realidad integral de las parejas que acuden a tratamientos contra la infertilidad, sin reducirla a un «aspecto técnico». El llamado fue hecho en su discurso a los 200 miembros de la Academia Pontificia para la Vida, reunidos en asamblea en torno al tema «Diagnosis y terapia de la infertilidad». El pontífice destacó que el matrimonio es «el único ‘lugar’ digno» para la procreación y denunció que el verdadero tratamiento de la infertilidad se considera obsoleto, mientras los esfuerzos se concentran en prácticas de inseminación artificial contrarias a la dignidad humana.
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| El Papa dijo en su discurso que solo la familia es el «lugar» digno de la existencia de un nuevo ser humano |
Frente a las dificultades que numerosas parejas enfrentan para tener hijos, el Papa destacó la importancia de ofrecer tratamientos que consideren la dimensión moral y que verdaderamente busquen corregir las causas de la infertilidad. El Santo Padre llamó a no limitarse a «dar un hijo a la pareja, sino a restaurar su fertilidad a los recién casados ??y toda la dignidad (…) para ser colaboradores de Dios en la generación de un nuevo ser humano». Es en este contexto donde la ciencia verdaderamente puede ayudar a las familias. «De hecho», comentó Su Santidad, «la unión del hombre y la mujer en esa comunidad de amor y vida que es el matrimonio, es el único «lugar» digno de la vocación a la existencia un nuevo ser humano, que es siempre un don».
Refiriéndose a las parejas que sienten que su vocación al matrimonio ha quedado frustrada por la incapacidad de engendrar, Su Santidad recordó la trascendencia del vínculo sacramental y su verdadero significado: «la vocación al amor», afirmó, «es una vocación al don de sí mismo y esto es una posibilidad que ninguna condición orgánica puede impedir. Por lo tanto, donde la ciencia no encuentra una respuesta, la respuesta la da la luz que viene de Cristo».
La procreación no puede separarse de la moral y la espiritualidad
Benedicto XVI insistió en que la procreación es una realidad muy profunda que se reduce y desconoce si se separa de sus componentes morales y espirituales: «La dignidad humana y cristiana de la procreación no consiste en un «producto», sino en su relación con el acto conyugal, una expresión de amor de los esposos, una unión no solamente biológica, sino también espiritual». Por este motivo, Su Santidad instó a alentar y apoyar los esfuerzos científicos para curar la infertilidad, que han sido desviados hacia la tecnología de la inseminación artificial, seriamente contraria a la dignidad humana. «El cientificismo y la lógica de la ganancia ahora parece dominar el campo de la infertilidad y la procreación humana, llegando a limitar muchas otras áreas de investigación» denunció.
El Santo Padre recordó a la comunidad científica que las personas han depositado su confianza en su labor como un servicio a la vida, como un trabajo que puede darles consuelo y esperanza. «¡No cedan nunca a la tentación de tratar el bien de las personas reduciéndolo a un mero problema técnico!, exhortó Su Santidad. «La indiferencia de la conciencia frente a lo verdadero y el bien representa una peligrosa amenaza para un auténtico progreso científico». Benedicto XVI concluyó su intervención recordando la esperanza que el Concilio Vaticano II depositó en la comunidad científica: «Felices son aquellos que, poseyendo la verdad, siguen tratando de renovarla, profundizando en ella, para darla a los demás».
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