Buenos Aires (Miércoles, 07-03-2012, Gaudium Press) Monseñor Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, aprovechó su columna televisiva para referirse al reciente debate en Alemania en torno a la propuesta de crear un impuesto para las familias que no tengan hijos. El prelado calificó el tema como «interesante» ya que se afirma en un entorno civil que «existe un vínculo muy profundo entre el envejecimiento de la población y las realidades económicas concretas de la organización social». La Iglesia Católica ha insistido consistentemente que la procreación es una dimensión esencial del sacramento del matrimonio y es un aporte vital e insustituible para la sociedad.
Para Mons. Aguer «existe un vínculo muy profundo entre el envejecimiento de la población y las realidades económicas concretas de la organización social» |
El prelado hizo referencia al llamado «invierno demográfico» que invierte la relación entre población joven y población mayor. Esta situación hace imposible el sostenimiento de la seguridad social y el sistema pensional en una sociedad envejecida. «Este es un problema económico, social, financiero, de organización social, pero que tiene que ver con una cierta mentalidad, que se produce porque ha cundido, se ha arraigado, una fuerte mentalidad anticonceptiva. Eso desde hace ya décadas», advirtió el Arzobispo.
Mons. Aguer invitó entonces a reflexionar sobre el tema de una forma integral. «Cuando pensamos en el futuro de la humanidad tenemos que pensar en la base biológica de este futuro», afirmó el Arzobispo. «Muchos países, como el nuestro (Argentina), por ejemplo, no tienen una política de población». Esta situación es comúnmente aprovechada por organizaciones internacionales que abogan por los controles artificiales a la natalidad, que incluyen la esterilización y el aborto.
Ignorar el problema y ceder ante la mentalidad antinatalista puede parecer fácil de momento, ya que, como indicó Mons. Aguer, ahora «no notamos ningún efecto grave pero dentro de cincuenta o cien años, ¿qué será de nosotros?». Para el prelado, las políticas de estado deben prever el problema y comenzar a trabajar, «porque la mentalidad anticonceptiva no se cambia rápidamente».
El Arzobispo invitó a los fieles a seguir las enseñanzas de la Iglesia sobre la familia, que se hacen evidentemente acertadas. «La familia que tiene hijos hace una contribución importante al bien de la sociedad», recordó Mons. Aguer. «Algo que parece tan íntimo y tan reservado al fuero de la conciencia, tiene que ver con la posibilidad de subsistir de toda la sociedad», concluyó.
Con información de AICA
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