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Roma (Miércoles, 07-03-2012, Gaudium Press) Más de 700 sacerdotes de 84 naciones acudieron el pasado 05 de marzo al Palacio de la Cancillería en Roma para asistir al «Curso sobre el fuero interno», seminario de cuatro días sobre el sacramento de la Penitencia. Este programa de formación fue organizado por la Penitenciaría Apostólica y cuenta con la participación del cardenal Manuel Monteiro de Castro, Penitenciario Mayor y Mons. Gianfranco Girotti, Regente de la Penitenciaría, quien habló sobre este sacramento en entrevista para Radio Vaticano.
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| «La Penitencia es la nota más alta del sacerdocio después de la celebración de la Eucaristía», afirmó Mons. Girotti |
«La Penitencia es la nota más alta del sacerdocio después de la celebración de la Eucaristía», afirmó Mons. Girotti, recordando las enseñanzas del beato Juan Pablo II. Para el obispo, el redescubrimiento de la riqueza del sacramento «depende en gran medida de los sacerdotes y, sobre todo, del conocimiento de que ellos son los custodios de un ministerio precioso e irremplazable».
Este retornar a la confesión sacramental exige un compromiso de los fieles ante el debilitamiento del sentido del pecado, una «voluntad de caminar», en palabras de Mons. Girotti, donde «los fieles deben ver sus actos, no como declaraciones de buena voluntad, sino como la presencia de la Gracia sus vidas». Los fieles están llamados a vivir el sacramento con una nueva dimensión.
Los programas de formación, como este Curso sobre el Fuero Interno, tienen la importante misión de dar solidez «a la doctrina de los confesores para ayudarles a actuar siempre en la enseñanza de la Iglesia», explicó Mons. Girotti. De esta forma, la Santa Sede busca que en medio de la diversidad de carismas y experiencias, todos los confesores apliquen los principios del Magisterio de la Iglesia.
El obispo concluyó haciendo algunas recomendaciones prácticas a los confesores: «Un buen confesor debe aparecer siempre tranquilo, sobre todo no tiene prisa. Siempre debe tener la mayor cortesía y no olvidar que desempeña una tarea, ya que al revelar a los hombres el corazón del Padre, encarna la imagen misma de Cristo, el Buen Pastor».
Con información de Radio Vaticano
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