Valencia (Jueves, 08-03-2012, Gaudium Press) Mari Carmen Mateu, presidente del Instituto de Política Familiar (IPF) de la Comunidad Valenciana, locutora radial y madre de cuatro hijos, viajó el pasado domingo 4 de marzo para presentar una ponencia ante la Organización de Naciones Unidas en Nueva York. El tema expuesto fue la discriminación a las madres, que Mateu vivió en carne propia al haber sido despedida de su trabajo en dos oportunidades por encontrarse en embarazo. La activista católica concedió una entrevista a Paraula, el periódico diocesano de Valencia, en la que habló sobre el valor de la maternidad y su vocación familiar.
Mari Carmen, con su familia |
«Las mujeres son el centro alrededor del cual se crea la familia y nace una nueva generación», afirmó Mateu. «A pesar de todo ello, a menudo no se valora este importante papel». Por este motivo,la ponencia presentada por esta joven madre ante las Naciones Unidas adquiere especial relevancia.»Desde hace tiempo, se vincula la salud materna con el ‘derecho’ al aborto y a la planificación familiar, y la mayoría de los fondos destinados al cumplimiento de este objetivo se destinan a que las mujeres no tengan hijos», denunció la presidente del IPF Valencia. «Sin embargo», agregó, «estos fondos deberían destinarse a que las mujeres en particular y las familias en general puedan tener el número de hijos que deseen mediante unas políticas de apoyo a la natalidad, y no de sustento del aborto».
Detrás la posición contraria a la maternidad en la ONU, que Mateu conoció de cerca en su primera ponencia ante este organismo en 2010, se esconde la infiltración constante de organizaciones dedicadas a la promoción del aborto y la contracepción. «Realmente he visto cómo se hace la política en Naciones Unidas, cómo se sacan las resoluciones, y cuál es el papel de los países, las ONG’s y los diplomáticos ante este organismo internacional. Una cosa es lo que estudias aquí y otra es cómo se trabaja desde allí», denunció.
La maternidad es un don
Más que por ser una profesional destacada y una activista, Mari Carmen Mateu se enorgullece de ser madre: «El papel más importante de la mujer es el don de la maternidad, y como don se acoge generosamente. Me gusta pensar que los hijos están en nuestras manos para cuidarlos pero que son hijos de Dios en nuestras manos, por eso recurro diariamente a Dios y a María para que me ayuden en su educación». Mateu esta casada desde hace ocho años y tiene cuatro hijos, de uno a seis años de edad.
Sus hijos, son finalmente el objetivo por el cual Mateu desarrolla su activismo en la ONU. Allí, en medio de los diplomáticos y políticos, entendió que su lucha es una forma de proteger a las nuevas generaciones y transmitirles un mensaje: «Ellos deben aprender que la apertura a la vida debe ser total, no sólo en el sentido de tener hijos, que conlleva mucho más, es una apertura a los demás, apertura total a Dios en sus vidas. Cuando los niños desde pequeños viven eso es muy difícil que a lo largo de su vida no lo repitan. Y difícil que en sus vidas profesionales cuando crezcan no lo pongan en práctica», afirmó.
Mari Carmen Mateu también se refirió al Día Internacional de la Mujer, celebrado mundialmente el 8 de marzo, y destacó que se trata de una oportunidad de «resaltar el indispensable papel de las mujeres como madres, esposas, en el hogar, así como trabajadoras fuera del hogar». Para la ponente, «es esencial reconocer no solo el trabajo remunerado fuera del hogar sino también el trabajo no remunerado de las mujeres en la casa. Son las dos caras de una misma moneda, y su labor en ambos papeles es fundamental».
La presidente del IPF recordó también sus propias experiencias de discriminación laboral por ser madre mientras trabajaba para firmas multinacionales, pero reconoció que en estas situaciones se escondía un designio más elevado. «Doy gracias a Dios por esos despidos», declaró Mateu, «porque han sido la forma en la que he entendido el valor de la maternidad, lo importante es estar abierto a los planes de Dios. En esos momentos no coincidían con los míos pero ahora veo que debo dar las gracias porque entiendo que eran los planes que Él tenía reservado para mí».
La ponente ante la ONU concluyó reiterando el mensaje que desea compartir con el mundo: «La maternidad es un don que Dios nos regala cuando Él quiere, para lo que Él quiere y de la forma que Él ha pensado. Debemos cuidarla y no perder la perspectiva de que los hijos están en el pensamiento de Dios antes que en el nuestro, y que serán parte de nuestras vidas si nos abrimos a Él».
Con información de PARAULA
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