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Roma (Jueves, 08-03-2012, Gaudium Press) Las virtudes heroicas del Siervo de Dios Félix Varela fueron aprobadas por la comisión de cardenales y obispos de la Congregación para la Causa de los Santos, lo que constituye un gran avance en su causa de beatificación. El Prefecto de la Congregación, el Cardenal Angelo Amato presentará esta decisión ante Su Santidad Benedicto XVI, quien podrá autorizar la emisión del decreto que lo declare Venerable.
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| P. Félix Varela |
El postulador general de la causa, el hermano lasallista Roberto Meoli, comunicó con satisfacción esta decisión: «La comisión de cardenales y obispos ha constatado después de tomar en cuenta el parecer de la comisión teológica, que el padre Varela practicó las virtudes en grado heroico». Estas virtudes fueron en el sacerdote cubano una particular mezcla de perfección cristiana, devoción ejemplar, patriotismo y promoción de los saberes científicos y culturales.
El Siervo de Dios Félix Varela es considerado como uno de los forjadores de la nación cubana y se destacó civilmente en los campos de la educación y la política. Nació en Cuba en 1788, y fue ordenado sacerdote a la edad de 23 años. Al año siguiente le fue encomendada una labor educativa como profesor de filosofía, física y ética en el Seminario. Allí preparó el primer laboratorio de física y química de ese país, al tiempo que demostró ser un elevado modelo de piedad.
Su ejemplar conocimiento y coherencia de vida hizo que fuera escogido como representante de Cuba ante las Cortes en Madrid. Allí, actuando como diputado, realizó tres propuestas que no fueron aceptadas: un gobierno para las provincias de ultramar, la independencia y la abolición de la esclavitud. Debido a los cambios políticos de la época, el Siervo de Dios tuvo que exiliarse en Estados Unidos y no pudo regresar a su tierra natal.
El padre Varela comenzó entonces una labor de apostolado con los más necesitados y los inmigrantes, para ayudarlos a adaptarse e integrarse con el resto de la sociedad norteamericana. Fundó escuelas y edificó templos, y continuó dando un ejemplar testimonio de vida cristiana hasta su muerte, el 25 de febrero de 1853.
Con información de Zenit
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