Loreto (Lunes, 12-03-2012, Gaudium Press) Más de 2000 personas se reunieron en Loreto, ciudad que alberga uno de los principales santuarios marianos donde se conserva la Santa Casa de la Santísima Virgen, para celebrar el Día del Peregrino. La reunión, patrocinada por la Obra Romana de Peregrinaciones, contó con la participación de Mons. Giovanni Tonucci, arzobispo de Loreto y delegado pontificio para el Santuario de la Santa Casa. Durante el evento, los presentes se consagraron a Nuestra Señora de Fátima ante su imagen peregrina.
El tema de la reunión de este año, la séptima edición de esta jornada, fue «El Peregrino de Compostela, un viaje de la educación para la vida buena del Evangelio». Según explicó Mons. Tonucci a Radio Vaticano, » La educación ha perdido un poco ‘de su fuerza y, especialmente, la familia ha perdido su capacidad para educar, para transmitir los valores del Evangelio». Esto constituye una gran preocupación para la Iglesia, que debe encontrar formas para suplir esta necesidad. la peregrinación se destaca como una experiencia de educación cristiana y una oprtunidad de «reasumir un deber que nos pertenece a todos».
Lo que un peregrino puede aprender al visitar los santuarios se puede apreciar en la vivencia de las miles de personas que peregrinan a Loreto. Los peregrinos «quieren buscar el silencio, la tranquilidad y la fuerza de un mensaje profundamente teológico». «En Loreto», comenta Mons. Tonucci, «se reflexiona sobre el sí de María al ángel, por lo que entrar en la Santa Casa es como si fuéramos a escuchar una vez más estas palabras que nos recuerdan, naturalmente, nuestro compromiso personal».
La jornada centró su atención en Compostela, meta del famoso Camino de Santiago que, al ser recorrido a pie o en bicicleta por cientos de kilómetros, ofrece un tiempo de reflexión excepcional y un esfuerzo físico considerable. Sobre ese atractivo que impulsa a los creyentes a salir de su comodidad para emprender las peregrinaciones, habló el Padre César Atuire, director de la Obra Romana de peregrinaciones: «Ir en peregrinación es una especie de llamada interior. El peregrino siente la necesidad de hacer un cambio en su vida, de llenar el alma de otra cosa: así es como muchas personas deciden ir a estos lugares son lugares que han sido tocados por la mano de Dios»
Con información de Radio Vaticano
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