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Buenos Aires (Miércoles, 14-03-2012, Gaudium Press) «No existe ningún motivo ni razón que justifique la eliminación de una vida inocente, ni siquiera en el caso lamentable y triste de una violación», afirmó el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor José María Arancedo, al conocer el fallo de la Corte Suprema de Argentina que desde el día de ayer despenalizó el aborto en casos de violación.
La sentencia de la Corte Suprema ordena no sólo no judicializar los casos de abortos cometidos por madres que han sido víctimas de violación, sino además exigir como único requisito para el procedimiento una declaración juramentada por parte de la madre, a pesar de que – como efectivamente advierte la sentencia – se puedan generar «casos fabricados» con declaraciones falsas. El tribunal también ordenó que el sistema de salud sea puesto al servicio de las prácticas abortivas ahora legales.
La punta de lanza para la legalización del aborto
«Esta es la punta de lanza para que un pronunciamiento de la Corte abra la puerta a la legalización del aborto» advirtió el arzobispo de La Plata, Monseñor Héctor Aguer, cuando en mayo de 2011 tuvo indicios del sentido de la decisión tomaría la Corte. «Eso es lo que pasó en los Estados Unidos. Muchos de ustedes recordarán el famoso caso Roe versus Wade por el cual la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos inició ese camino de legalización del aborto», recordó el arzobispo en una alocución televisiva.
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| «El aborto es la supresión de una vida inocente», dijo Mons. Arancedo |
«El aborto es la supresión de una vida inocente», recordó Monseñor Arancedo, quien refirió la clara posición de los obispos argentinos frente al tema, expresada en la declaración titulada «No una vida, sino dos», realizada en agosto de 2011 por la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina.
«Cuando una mujer está embarazada, no hablamos de una vida, sino de dos», afirmaron los obispos en la citada declaración. «Deseamos escuchar, acompañar y comprender cada situación, procurando que todos los actores sociales seamos corresponsables en el cuidado de la vida, para que tanto el niño como la madre sean respetados sin caer en falsas opciones».
El esquema de promoción del aborto por la vía judicial viene siendo empleado sistemáticamente durante los últimos años en Latinoamérica por diversas organizaciones financiadas internacionalmente. Los promotores del aborto han encontrado en esta estrategia una forma para superar la consistente oposición popular en los órganos de democracia representativa, que tradicionalmente habían evitado la legalización de la práctica en los países de la región, mayoritariamente católicos.
Con información de AICA
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